Sudáfrica deberá garantizar seguridad en funerales de Mandela

Sudáfrica deberá garantizar seguridad en funerales de Mandela

JOHANNESBURGO. AFP. Un centenar de dirigentes extranjeros, una muchedumbre de anónimos y toda una serie de ceremonias que terminarán con el entierro en un pequeño pueblo: los funerales por Nelson Mandela representan un desafío logístico y de seguridad para Sudáfrica.

«Implementamos un programa que se planificó hace tres o cuatro años», aseguró la ministra sudafricana de Defensa, Nosiviwe Mapisa-Nqakula, citada por la agencia Sapa.

Las autoridades se preparan desde hace años para despedir al ícono de la lucha contra el apartheid, que falleció el jueves a los 95 años, tras una larga agonía. Por ello, el programa de la semana de duelo nacional se dio a conocer rápidamente.

Entre las ceremonias destacan tres: el homenaje oficial, el martes en Soweto, el velatorio de los restos mortales, entre el miércoles y el viernes en Pretoria, y el entierro el domingo en Qunu (sur), la aldea donde Mandela pasó su infancia..

En un país con una criminalidad récord, con 45 homicidios al día, el Gobierno presta una especial atención a la seguridad, cuya coordinación fue encargada a un «centro de operaciones conjuntas» compuesto por la policía, el ejército -que convocó a 11.000 efectivos-, y los ministerios implicados.

Su principal misión es proteger a las personalidades extranjeras, entre las que hay un centenar de jefes de Estado, entre ellos Barack Obama, Raúl Castro y Dilma Rouseff, pero también artistas como el cantante Bono o empresarios como Richard Branson.

«Recibir a tantos jefes de Estado no es para nada un quebradero de cabeza: tenemos experiencia y vamos a trabajar con sus servicios de seguridad», declaró a la AFP el portavoz de la policía Solomon Makgale. La embajada de Estados Unidos aseguró estar «trabajando muy de cerca» con los servicios sudafricanos.

«Pesadilla» en Qunu. Sudáfrica también aprovechará las lecciones aprendidas de la ceremonia en la que Mandela juró su cargo, tras ser elegido primer presidente negro de Sudáfrica, en 1994, a la que asistieron más de 50 mandatarios extranjeros; y, más recientemente, de la Copa del Mundo de fútbol de 2010.

Como en esta última ocasión, «uno de sus enfoques consiste en intentar limitar los flujos de personas en cada sitio», explicó Johan Burger, del Instituto de Estudios de Seguridad (ISS).

La ceremonia del martes tendrá lugar en el estadio Soccer City de Soweto, con capacidad para 80.000 personas, pero también se retransmitirá por televisión, en otros tres estadios de Johannesburgo y en 150 pantallas gigantes de todo el país.

Para evitar los atascos, las principales vías de acceso al estadio quedarán cortadas al tráfico, y la entrada a Pretoria estará controlada durante los tres días que dure el velatorio. Otro de los desafíos es la organización de los funerales el domingo en Qunu, donde el Premio Nobel de la Paz de 1993 pasó su niñez.

A los mandatarios se les recomendó no acudir al entierro, pues «las infraestructuras son limitadas en esta zona (…) y es más difícil garantizar su seguridad allí», explicó Berger.

Si todo el mundo acudiera a Qunu, sería una «une pesadilla», reconoció este lunes Clayson Monyela, portavoz de la diplomacia sudafricana. Un mensaje que parece haber sido escuchado, pues solo el príncipe Carlos de Inglaterra ha confirmado por el momento su asistencia.

Aunque Berger admite que puede haber algunos fallos puntuales, considera que, «en conjunto, las estructuras existen, la experiencia existe y serán capaces de garantizar la seguridad de esta operación».

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