Sudafricanos cobran conciencia de la desaparición de Mandela

Sudafricanos cobran conciencia de la desaparición de Mandela

PRETORIA. AFP. Miles y miles de personas desfilaron emocionadas este miércoles por la capilla ardiente de Nelson Mandela, instalada en el centro del poder en Pretoria, y cobraron conciencia de la desaparición del político más querido del mundo.

El cuerpo de Nelson Mandela yacía en el patio del edificio de la Unión, la sede del gobierno y el lugar en el que juró como presidente en 1994, vestido con una camisa marrón estampada de las que tanto le gustaba lucir en vida.

La toma de imágenes estaba prohibida y la línea avanzó ágilmente durante todo el día. La gente lloró, y, sobre todo, cobró conciencia de la muerte de Mandela, una figura que ha presidido décadas y décadas de la vida sudafricana.

«Es el fin de una era. Todas las oportunidades que tuve al crecer que mis padres nunca tuvieron, me las dio Madiba» dijo el funcionario Faaiqia Hartley, de 27 años. Desde que murió el jueves, tras seis meses muy enfermo, el duelo de los sudafricanos había estado presidido por fotografías de un Mandela sonriente.

Este miércoles vieron finalmente su cuerpo. «Se ha ido», murmuraba Evidence Makobaki, de 19 años, saliendo de la capilla ardiente tras constatar la triste realidad. «Nunca lo vi en persona, siento que hoy lo hice.

Hasta ahora no había aceptado que ya no está», explicó al borde de las lágrimas.
«Me siento mal porque todavía lo necesitamos, me gustaría que siguiera con nosotros», explicó a la AFP Phindile Lepogo, de 25 años.

«Estoy temblando. Realmente, estoy temblando», dijo Agisanang Ntoane. La mitad superior del féretro estaba abierto, y bajo un cristal se podía ver a Mandela, vestido con una camisa marrón de algodón estampada y transmitiendo serenidad.

La gente se inclinaba para dar rápidamente su adiós al hombre que trajo la democracia al país al ganar las elecciones de 1994 que enterraron definitivamente el régimen racista del apartheid. Eran muchos y la cola empujaba.

Hasta un ciego pasó con su bastón, ayudado por otra persona.
A los ciudadanos de a pie se sumaron dignatarios como el ex presidente Frederik Willem de Klerk, antiguo enemigo de Mandela y luego aliado, o el cantante irlandés Bono, que acompañó a Zelda Le Grange, la gran colaboradora de Mandela que apenas podía tenerse en pie por la emoción.

Gracias por todo. Antes de instalarse en el edificio de la Unión, el cortejo fúnebre de Nelson Mandela recorrió las calles de Pretoria.

Precedido por una escolta de motoristas, el ataúd, cubierto con la bandera sudafricana, salió del hospital militar poco después de las 07H00 y recorrió los seis kilómetros hasta Union Buildings, donde tiene su sede el gobierno y donde se instaló la capilla ardiente.

Por su parte, la familia de Nelson Mandela se declaró el miércoles «conmovida» por las miles de personas que desafiaron el mal tiempo para asistir a la ceremonia en homenaje del líder que liberó a Sudáfrica del apartheid.

«Nos conmovió mucho que miles de personas desafiaran el frío y la lluvia para honrar a Madiba y estar con nosotros», declaró en un comunicado.

La familia se refería a la ceremonia que tuvo lugar el martes en el estadio Soccer City de Johannesburgo, a la que asistieron unas 55.000 personas en medio de una lluvia y un fresco desapacibles. Además, la ceremonia se vio ensombrecida por los constantes abucheos al presidente sudafricano Jacob Zuma, cuya figura soportó mal el contraste con Mandela.

Los presidentes de Estados Unidos, Barack Obama, de Cuba, Raúl Castro y de Brasil, Dilma Rousseff, pronunciaron discursos y los dos primeros estrecharon las manos en un gesto prácticamente sin precedentes desde el triunfo de la revolución cubana.

La última repercusión de esa ceremonia se conoció este miércoles: unos ladrones irrumpieron el martes en la casa de Desmond Tutu en ciudad del Cabo cuando el ex arzobispo asistía al homenaje.

«Puedo confirmar que hubo un robo la pasada noche» en la residencia de Desmond Tutu en el barrio de Milnerton, dijo a la AFP Roger Friedman, portavoz del premio Nobel de la Paz, sin precisar la importancia de los objetos robados.

La capilla ardiente de Nelson Mandela estará abierta hasta el viernes. Luego, su cuerpo será trasladado al pequeño poblado de Qunu, donde Mandela pasó la infancia y donde será finalmente enterrado el domingo.

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