Bruselas.- El ministro sueco de Asuntos Exteriores, Carl Bildt, denunció hoy la entrada de vehículos militares rusos en Ucrania a través de la frontera, en lo que calificó de una «flagrante violación del Derecho internacional».
Bildt, que dijo que se trata de «pruebas fotográficas concretas», hizo estas afirmaciones después de que periodistas de los diarios británicos Guardian y Telegraph informaran de que una columna de más de 20 vehículos blindados con soldados habían cruzado la frontera y la cadena BBC asegurara haber visto en torno a una docena de carros de combate rusos encaminados hacia la frontera.
Su homólogo lituano, Linas Linkevicius, dijo estar «muy preocupado» por la situación en la frontera, porque mientras «hablamos del convoy humanitario (ruso) la escalada sigue y tenemos información de que anoche entraron a través de la frontera 70 piezas de equipamiento militar», denunció.
El ministro calificó por ello el envío de ayuda humanitaria por parte de Moscú de «una distracción» y una «misión encubierta», que demuestra que «es muy difícil confiar» en Rusia.
«La ayuda más eficaz de Rusia a Ucrania sería la de llamar a la retirada a los líderes terroristas (de las autoproclamadas repúblicas autónomas) y cesar su apoyo a éstos con el suministro de tanques, lanzaderas de misiles y armamento pesado», indicó.
Para Bildt la grave situación humanitaria en el este de Ucrania ha sido causada por los «gángster» de las llamadas repúblicas autónomas prorrusas que están «destruyendo la economía, provocando que la gente tenga que huir y creando incertidumbre».
Por ello la mejor manera de frenarles es «cesar el apoyo» por parte de Rusia a los separatistas, lo que permitiría en gran parte rebajar las tensiones en el este de Ucrania.
El ministro sueco no descartó que pudiera haber «en algún momento» más sanciones contra Moscú «si esto continúa» así.
También el ministro luxemburgués de Asuntos Exteriores, Jean Asselborn, recalcó que «los militares rusos no pintan nada en Ucrania», mientras que su colega de Letonia, Edgars Rinkevics, expresó su esperanza de que el convoy ruso con ayuda humanitaria «no sea un pretexto para una invasión militar».
Si lo fuera, dijo, la UE tendría que preparar «otra ronda de respuesta», probablemente «en algún momento la próxima semana».
El ministro alemán, Frank-Walter Steinmeier, deseó que las actuales «complicaciones» con el convoy humanitario se superen «pronto» para atender a la población en Donetsk y Lugansk, y explicó que el jueves hubo una «señal precavida positiva por parte de Cruz Roja Internacional de que los camiones van a poder ser controlados para poder descartar que transporte equipamiento militar».
La jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, por su parte, admitió que actualmente la UE sigue de cerca qué ocurre con el convoy en la frontera ucraniana, y aseguró que los Veintiocho «continúan todos los esfuerzos» para superar esta crisis e intentar llevar «estabilidad y seguridad a Ucrania», respetando su integridad territorial.
El ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, por su parte, apeló al respeto a la soberanía, a la independencia y a la integridad territorial de Ucrania, aunque descartó que de momento se amplíen de nuevo las sanciones a Rusia.
«Creo que en este momento no se va a dar ningún paso más, es decir, hay un mandato suficientemente amplio para ir graduando la sanciones económicas que se aplican en Rusia en caso de nuevas violaciones de la legalidad internacional».