Sueldos desmesurados

Sueldos desmesurados

En verdad, en nuestro país se soltó el loco.  Recientemente hemos leído que los ediles de la sala capitular del Ayuntamiento del Distrito Nacional pretenden elevarse sus sueldos hasta la suma de RD$150,000.00 por asistir a unas pocas reuniones y desempeñar un cargo que hasta hace unos pocos años eran funciones honoríficas desempeñadas por ciudadanos honorables, los cuales consideraban un alto honor tal designación.  Con la politización de todo lo que signifique ventajas de todo tipo, los aspirantes a regidores son individuos que responden a determinado partido político y líderes de los mismos.  En consecuencia, son personas que “van a buscar lo suyo”, entendiéndose viáticos, prebendas y otras regalías por votar a favor de cualquier proyecto que se presente en la Sala Capitular y en el cual ellos intuyen  que hay como ellos suelen expresar “grasa por el medio”.

Estos ediles, en la actualidad devengan un salario superior al señor Presidente de la República. Si tomamos en cuenta las dietas y los emolumentos colaterales que perciben por “cabildeo”, entendemos el porqué de la protesta de un médico que después de pasar seis años estudiando, apenas percibe unos RD$24,000.00, sin dietas ni honorarios adicionales.  ¿Cómo es posible tanta injusticia?  Muy sencillo.  Mientras en nuestro país no exista un ente regulador que fije el salario de todos los que están en la nómina del Estado Dominicano y que tampoco permita que por consenso de los mismos beneficiarios se aumenten su sueldo, estamos a expensas de que sucedan acciones ventajosas y oportunistas como las que intentan los regidores; los senadores trataron también pero no se les dio, en la Cámara de Cuentas.  El arribismo está enquistado entre los pelafustanes y busca vidas, verdaderos tránsfugas de la “política nacional”. Estos politicastros son los vampiros del pueblo dominicano, la mayoría de ellos verdaderos chupópteros sin que nadie en las altas instancias del Gobierno se haya preocupado por remediar esta degradante situación, que deja internacionalmente muy mal parado al tren administrativo gubernamental.

Nuestro país no obstante ser muy pobre, se permite el lujo de pagar suntuosas dietas a funcionarios por asistir a reuniones que son parte de sus obligaciones.  Se dice, que los miembros de la Junta Monetaria, del Consejo de Directores del Banco de Reservas y otras instituciones similares cobran RD$75,000.00 por asistir a las reuniones de sólo unas horas, mientras que un médico, enfermera, maestro o policía, apenas gana una ínfima parte de esa exorbitante suma en todo un mes de sacrificio.  ¿Será que estos encumbrados funcionarios no están conscientes de este irritante privilegio?  La pregunta del millón es ¿Hasta cuándo los ciudadanos van a permitir que unos pocos se coman la masa y otros los huesos, si acaso?  ¿Será que el señor Presidente no puede o quiere ponerle coto a estas onerosas concesiones de sus allegados?    

La ambición por sacarle el máximo a un cargo del Gobierno es algo que no se puede tolerar. 

Salarios de miseria corrompen a los que deben sobrevivir y que muchas veces son empujados por la desesperación a perpetrar actos y hechos que de haber sido compensados con equidad no los hubieran cometido.  No queremos ser pájaros de mal agüero, pero si estos entuertos no se corrigen, la poblada ocurrida en el año 1984 está a la vuelta de la esquina.

Y para finalizar ¿Es para esto que los ayuntamientos quieren que se les de el 10%? en lugar de mejorar la ciudad, de procurar la limpieza, reparar calles, etc., las mejoras, incentivos y aumento de ingresos se las atribuyen los honorables ediles de las salas capitulares.  Bueno, ellos estarán acordes de que para eso pagamos impuestos.

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