Sueldos mínimos que reciben los trabajadores no cubren la canasta

Sueldos mínimos que reciben los trabajadores no cubren la canasta

Las remuneraciones mínimas mensuales establecidas que reciben los trabajadores de RS$11,292 en las grandes empresas; de RD$7,763 en las medianas empresas y de RD$6,880 en las pequeñas empresas apenas cubren entre 43.19% y 26.31% de la canasta básica, que tiene un costo de RD$26,147 a nivel nacional.

En tanto, cubren un 30.69% y 18.70% del precio de RD$36,796 de la canasta en el Gran Santo Domingo; 44.64% y 27.20% del valor de RD$25,296 en el resto urbano, y 67.27% y 40.98% del costo de RD$16,787 en el resto rural.

El economista Luis H. Vargas dijo que esos datos dados se basaron en los Índices de Precios al Consumo (IPC) sobre la base de 1999=100 del pasado mes de agosto, dados por el Banco Central.

Vargas indicó que tales cotizaciones mínimas de la fuerza laboral de las grandes, medianas y pequeñas empresas tampoco cubrieron ningún monto de los gastos estimados de la familia promedio de alrededor de cuatro miembros, en cada uno de los cinco quintiles, exceptuando el caso de la tarifa de RD$11,292 de la gran empresa con respecto al primer quintil (106,43 por ciento).

Dijo que, en efecto, estos tipos de salarios rondaron entre 73.17% y 64.85% del gasto hogareño de RD$10,609 pesos del primer quintil, 72.80% y 44.35% del gasto de RD$15,511 del segundo quintil, 55.17% y 33.62% del gasto de RD$20,467 del tercer quintil, 40.22% y 24.50% del gasto de RD$28,078 del cuarto quintil y 20.21% y 12.32% del gasto de RD$55,860 del quinto quintil.

Dijo que en República Dominicana la comparación de las tarifas salariales mínimas nominales establecidas por el Comité Nacional de Salarios con los costos de las canastas de consumo familiar y los gastos de los hogares por quintil revela tanto una insuficiente capacidad de compra de bienes y servicios básicos, así como una inaceptable pobreza de los trabajadores y sus parientes.

 

Agregó que si sube la tarifa salarial real no es cierto que va a bajar la ocupación de mano de obra mediante la mecanización del proceso de producción en forma de utilización de equipos y máquinas, como se ha planteado, y que tampoco si desciende la remuneración real del trabajador, no es verdad que va a ascender el número de asalariados contratados.

“En resumidas cuentas, este bajísimo valor de la fuerza de trabajo registrado en República Dominicana contradice la reiterada publicidad de la economía neoclásica del efecto del costo laboral sobre la tasa de empleo; al mismo tiempo que demanda una subida de la participación del ingreso laboral en el valor agregado en las empresas rurales y urbanas”. dijo.

El economista planteó que “la pauperización” del asalariado en el país obliga a una intervención de Estado, tendente a redistribuir justa y productivamente el valor añadido en las empresas, a fin de elevar tanto el nivel y calidad de vida de los trabajadores y sus familias en campos y ciudades, como la productividad laboral, la competitividad de las plantaciones agropecuarias, plantas industriales y negocios de servicios y la escala de los mercados interno y externo.

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