Sueño en mis sueños

Sueño en mis sueños

“Si algo nos ha enseñado el siglo XX, es a ser cautos con la palabra ‘imposible’”.

Charles Platt, escritor inglés,  asesor de la Revista Tecnológica Wired.

El mundo vive la más feroz revolución en la historia: la digital. Esta se sustenta en múltiples aspectos. En este trabajo nos detenemos en dos: Ley de Moore y la Computación en la nube.

• Hace 20 años, Geofrey Moore formuló una Ley que consistía en que la capacidad de almacenamiento de datos en un chip se duplicaba cada dos años. Hoy ésta se ha demostrado e implementado completamente. Actualmente, un chip que cuesta 8.95 dólares almacena más datos que un supercomputador que hace 15 años costaba 5 millones de dólares.

• Computación en la nube (“cloud computing”) –finca de servidores, ej. la de Apple que ocupa 132 acres de tierra-almacena una cantidad inimaginable de datos y es completamente flexible. Solo Google, IBM y Amazon y Apple almacenan más datos que las informaciones almacenadas durante toda la historia de la humanidad. Imaginémonos qué ocurrirá cuando en los próximos 24 meses se duplique la capacidad del cloud computing en un ciento por ciento y, de nuevo, en 48 meses se vuelva a duplicar. Eso permite que millones de negocios (y billones de personas) no tengan que comprar servidores ni personal permanente, reduciendo, drásticamente, costos de operación, a la vez que aumenta, exponencialmente, la capacidad innovativa mundial. En suma, la humanidad vive un proceso continuo, no de cambios “dramáticos”, sino disruptivos. ¿Cuál es la diferencia? Los cambios dramáticos mejoran extraordinariamente el funcionamiento del modelo de negocio vigente; mientras el disruptivo elimina el modelo y crea uno totalmente nuevo. Ejemplo de cambios disruptivos: el ferrocarril, el teléfono, la radio, la televisión, el avión, el Internet, las redes sociales.

La educación superior no se ha quedado atrás, lo que resulta, fundamental para el país:

• Con la llegada de los Cursos Masivos Abiertos en Línea (MOOC), sus siglas en Inglés, la Educación Superior se transforma y brinda una mejor alternativa para los estudiantes universitarios y técnicos. Universidades como Harvard, Stanford, MIT y Princeton han desarrollado los famosos MOOC, donde se presenta la oportunidad de que reconocidos profesores internacionales interactúen, vía cámara web (creando un aula virtual, donde se asignan tareas y pequeños exámenes) con estudiantes del mundo y de diferentes áreas de estudios.

• Sebastián Thrun (Universidad de Stanford), la primera figura mundial en inteligencia artificial, esperaba tener, en su primera clase, una audiencia de mil estudiantes; sobrepasó lo esperado: 150 mil personas de 189 países del mundo. Esto, definitivamente, es el avance más revolucionario en la educación superior desde el inicio de la humanidad.

Y  apenas, es el umbral de este extraordinario proceso.

Es inevitable que nuestro país se acoja este nuevo sistema educativo, no como sustitución del vigente, sino como reforzamiento a nuestros estudiantes y profesores universitarios. Los estudiantes y las personas que no se renueven constantemente, en sentido tecnológico, corren el riesgo de convertirse, a corto plazo, desde el punto de vista del trabajo bien remunerado, en obsoletas. Este es un proceso que debe ser gerenciado por una comisión de todos los rectores de nuestras universidades, coordinado por el Ministerio de Educación Superior:

• Nuestras universidades, que han realizado un notable trabajo, requieren de un cambio profundo en el aparato educativo, para que, en adición del proceso de memorización, se desarrollen el proceso de razonamiento crítico y el de investigación en temas relevantes para el país.

• Nuestras universidades, como ocurre en Alemania, deben tener una íntima relación con los pequeños empresarios y cooperativas para prepararlos en cursos cortos en gerencia y tecnología.

• Las universidades deben activar los centenares de miles de profesores, alumnos y ex alumnos para así movilizar a la sociedad, convertir a las personas de semi súbditos a ciudadanos plenos, y al lograr esa meta, podremos hacer nuestra la palabra del inmenso Walt Whitman:

“Sueño en mis sueños

todos los sueños de los otros soñadores

y entonces paso a ser

partes de los otros soñadores.”

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