Suero que cura y suero que despena

Suero que cura y suero que despena

ENRIQUE PEREZ VELEZ
El consecuente y caro amigo el Tenedor de Libros, quien con rigurosa puntualidad concurre al Peñón de los Viejos, me visitó días atrás portando debajo del brazo un sobre manila, para excusarse de su inasistencia a nuestro último encuentro, en razón de que inesperadamente tuvo que salir para los «países» para que le rastrearan su carpetosa próstata, malsana glándula que pensaba se le había «alocado», debido a que su machismo no permitía que le manosearan su trasero por temor a perder su «virginidad, dándole pié a que ésta se prostituyera, ahora, por su avanzada edad nota, que el trasiego de la orina, de la vejiga a la uretra no fluye normalmente, y con «ays» de dolor decide con urgencia acudir al médico para darle luz verde a su dedo mayor a que se divierta acariciando a esa traviesa glándula, que por falta de esa caricia muchas veces se pone impertinente, causándoles a esos machos daños irreversibles, que fácilmente le puedan cantar bingo, cosa que se puede evitar con chequeos rutinarios de esa mortal glándula El pánico cesó, cuando el médico le dijo a este come cangrejos serie 23, nada de «cangrejito» por su «recto» conducto.

Regocijado por el resultado, el Tenedor de Libros me muestra el sobre manila que trajo consigo y con voz sonora dice, aquí está la crónica de un «suero» nocivo a la salud, que en etapas diferentes, a finales del siglo pasado y durante el año que discurre, se le ha estado inyectando a la población dominicana de escasos recursos, que por su estado de indigencia tienen que recurrir a los hospitales públicos en los días de las «juergas» de galenos del Colegio Médico Dominicano, y que debido a la sobre dosis que se les aplica a infelices enfermos de este contaminado «suero», es muy probable que les haya causado la muerte a muchos de ellos. «Según Diario Libre del 08-12-04, se han realizados 18 de esos «operativos», que continuarán de acuerdo con lo programado. ¡Negro futuro de estos infelices!.

Comenta con enojo el comunicado que los galenos titulan «porque los médicos necesitamos un justo reajuste salarial», por el parecido al manifiesto de los legisladores que, «colocan por encima de los intereses particulares, individuales y colegiados, el sagrado interés de los enfermos», obviamente que debe leerse a la inversa. La opinión que tiene la gran mayoría de nuestra población del Colegio Médico Dominicano, se asemeja mucho a la que se tenía de los gremios Unachosín y Sitracode, de triste recordación, Una facción de indolentes de esa agrupación le niega el servicio a que tienen derecho los desposeídos de la fortuna, no obstante cobrar mensualmente el salario que le paga el gobierno para la prestación de estos servicios y apunta, que ese colegio cada día se desacredita con más fe, en razón de que se especializa más en lo mercurial, que en las especialidades médicas que requiere la modernidad globalizada, agregando con sorna, del mal concepto que deben tener estos médicos de su «colega» Hipócrates, por no aceptar la fortuna que le ofreciera por sus servicios Artajerjes, Rey de Persia, porque éste consideró que su honra le impedía atender a los enemigos de su patria. Por estos lares es fácil identificar a los enemigos de la patria, pues así se pueden considerar, a aquellos a quienes el Estado le paga un sueldo para atender a los enfermos desposeídos, que incumplen con esta obligación. Salud Pública y el Seguro Social, deberían realizar un «muestreo» para determinar cuantos infelices dominicanos han muertos por falta de asistencia médica durante las «juergas» de los galenos colegiados. Recuérdese que este gremio ha sido privilegiado con leyes especiales para aumentarle el salario en más de una ocasión, no obstante que el artículo 100 de nuestra Carta Magna condena todo privilegio.

El Tenedor de Libros dice que en el mencionado comunicado los galenos hábilmente manipulan las cifras y porcentajes que entrelazan con la inflación y la devaluación del peso, para establecer los salarios de los 11,240 médicos que laboran en la Secretaría de Salud Pública y en el Seguro Social, callando el número de camas de los «depósitos de enfermos», que según el rumor hay más médicos que camas, por lo que una buena auditoría se impone para determinar cuantos médicos atienden una de esas camitas.

Como miembro de la Organización Mundial de la Salud y de la Oficina Panamericana de la Salud, el Sabino de la Secretaría de Salud Pública debería solicitar a esas instituciones asesoría para determinar el personal médico y especialista que necesitaría cada centro hospitalario del Estado para su buen funcionamiento, para eliminar aquellas plazas que sean innecesarias, obligar a los médicos a que cumplan con el horario establecido, y controlar las llamadas «emergencia médica», para trasladarse a sus consultorios para atender a sus pacientes privados. Con la gran economía que el «desmonte» producirá, esa secretaría tendría dinero suficiente para duplicarle el sueldo a los médicos que trabajen, y de paso para un ajuste salarial a las abnegadas enfermeras.

El Tenedor de Libros concluye con la siguiente «homilía». El suero que se extrae de la leche y de la sangre, resulta altamente beneficioso para la salud, en cambio ese «suero» contaminado que se le está aplicando a los indigentes pacientes, despena sin piedad. Que el Señor esté con nosotros y….con ese espíritu. Amén.

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