Suerte al general Bernardo Santana

Suerte al general Bernardo Santana

BOLÍVAR DÍAZ
Hay que ponderar la labor que al frente de la Policía Nacional viene desarrollando el general Bernardo Santana Páez, un correctísimo y afable oficial de amplia formación, que en su corta gestión de poco más de 4 meses ha logrado reducir a la tercera parte las muertes a manos de los agentes del orden.

Coincidencialmente, las estadísticas de la PN y las de la Procuraduría General de la República marcan, al mismo tiempo, una reducción también considerable de la criminalidad, especialmente en su expresión más terrible que es el asesinato, lo que una vez más demuestra que no hay que matar para reducir la delincuencia.

El comandante policial se encuentra empeñado en recuperar para el servicio público la mayor cantidad posible de los cerca de 30 mil agentes que paga la institución y hace pocos días se anunció que ya unos 3 mil 500 están incorporados al patrullaje en las calles de todo el país. Por ello fue posible extender a otros 12 barrios del norte capitalino el programa de seguridad ciudadana que viene orquestando el gobierno.

Debemos suponer que la tarea apenas ha comenzado y que todavía falta mucho camino por recorrer y muchos policías por recuperar. En diciembre pasado el general Santana Páez dijo que 597 policías no se habían presentado a cobrar el sueldo de noviembre.          

Una muestra de que no es fácil la misión del general Santana Páez es que una semana después del Día de los Fieles Difuntos 250 agentes que habían sido censados y entregados a la Policía Preventiva no habían retornado de un permiso que se les dio para que pudieran honrar a sus familiares fallecidos. Mientras se publicaba que hasta una veintena de agentes eran asignados a cada oficial de la institución, en escala jerárquica.

Hemos de convenir en que un profundo espíritu de disolución se llegó a apoderar de esa institución, que debería ser en toda circunstancia, por lo menos un modelo de disciplina. Contrario al criterio bastante generalizado que atribuye el auge de la criminalidad a los dominicanos deportados desde Estados Unidos, parece más bien que se relaciona con la misma Policía Nacional. Porque son varios los agentes policiales por cada repatriado vinculado a crímenes en los últimos años.

Tenemos que celebrar los avances en la transformación de la Policía Nacional, en el esfuerzo por devolverle su responsabilidad y disciplina. El que le estemos aumentando el suministro de vehículos, computadoras y otros equipos básicos. Pero sin irnos tan lejos como hizo esta semana el presidente Fernández, quien llegó a expresar que ya la ciudadanía tiene plena confianza en la institución y que los delincuentes tiemblan cuando ven un agente policial.

Más bien debemos reconocer que el camino recorrido es apenas el comienzo de un largo peregrinaje, muchas veces intentado y tantas veces frustrado. Esos y otros éxitos se lograron al comienzo de las gestiones de otros jefes policiales. Por ejemplo cuando el general Pedro de Jesús Candelier, en el anterior gobierno del presidente Fernández, con el general Jaime Marte Martínez al inicio de la gestión del presidente Hipólito Mejía, y hace apenas año y medio cuando empezó la jefatura del general Manuel de Jesús Pérez Sánchez, al comenzar la actual administración gubernamental.

Sin ánimo de desalentar los esfuerzos del general Santana Páez, hay que advertirle que no puede dormirse en esos laureles y que todavía tiene que recuperar para el servicio público siquiera otros diez mil de los agentes que paga la sociedad. Algunos de sus antecesores los recogieron de funcionarios públicos y ejecutivos privados, de tiendas y agencias de apuestas, de generales, coroneles y hasta capitanes, de políticos, negociantes y hasta periodistas. Pero poco tiempo después la normalidad se impuso y se fueron agotando las energías transformadoras.

Todo está por hacerse todavía en el mejoramiento de la Policía Nacional, dentro de una política de seguridad ciudadana. Como proporcionarle muchos más recursos y cientos de vehículos. Para que se sienta en calles y carreteras y no sea tan frecuente que asalten los camiones de arroz, de pollo o de ron. Está pendiente también el mejoramiento integral de los salarios que decretó el año pasado el presidente Fernández. Y una vinculación de la institución a las actividades comunitarias, a través de juntas de vecinos, clubes culturales y organizaciones sociales de promoción humana.

Mientras tanto, hay que alentar los esfuerzos y celebrar los éxitos del general Santana Páez Que son también los del secretario de Interior y Policía Franklin Almeida y del presidente Leonel Fernández.

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