Si no se trabaja en el refuerzo de estructuras y en el análisis del suelo, siguiendo una normativa sismorresistente y un plan de ordenación urbana, de forma que se reduzca la alta vulnerabilidad de las construcciones en la República Dominicana, el riesgo sísmico seguirá siendo alto y las catástrofes se repetirán en el futuro.
La advertencia la hace la ingeniera Claudia Germoso, experta en estructura, quien señaló que aunque los códigos de construcción antisísmica ya existen en el país, los escasos conocimientos o actualización de los avances en la ingeniería sísmica pueden obstaculizar los planes de construcción adecuados en ciudades sísmicamente vulnerables.
“Desafortunadamente los países con un alto riesgo sísmico tienden a responder a esta problemática luego de desastres que causan pérdidas humanas y económicas significativas”, expresó Germoso, profesora del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (Intec).

La especialista habló del tema al ser consultada en torno al sismo del pasado lunes de 5.3 y que afectó al menos 16 escuelas en la región Este.
Señala que las fallas en las escuelas puede estar vinculadas tanto a un mal desempeño estructural como a un mal comportamiento del suelo, “es decir, no necesariamente estas edificaciones presentan una baja calidad en las construcciones como se ha querido decir”.
Indica que uno de los aspectos más importante en la vulnerabilidad estructural, está relacionado a la respuesta del suelo, por lo que cuando se produce un terremoto, el suelo y los elementos estructurales pueden mostrar un comportamiento no lineal.

“Está demostrado que dos edificios, estructural y arquitectónicamente iguales, se comportarán de formas diferentes si los suelos son diferentes, por lo que el riesgo está relacionado a la interacción entre la amenaza y la vulnerabilidad del medio construido, la cual depende de la calidad de las construcciones y el comportamiento del suelo”, sostuvo Germoso.
Vulnerabilidad
Germoso advierte que la falta de información sobre el suelo permite que se levanten edificaciones en áreas poco aptas, especialmente en aquellas áreas del país donde el subsuelo está integrado por gruesos mantos de arenas saturadas, con alto riesgo de licuefacción (fusión) al momento de un sismo importante.