Sugiere usar yodo en hipertiroidismo y cáncer tiroides

Sugiere usar yodo en hipertiroidismo y cáncer tiroides

La terapia de yodo radioactivo es un tratamiento de medicina nuclear utilizado en el cáncer diferenciado de tiroides (papilar y folicular) así como en los casos de hipertiroidismo que no responden al manejo convencional medicamentoso.

El cáncer de tiroides representa el 1% de todos y se presenta como un nódulo en la tiroides. Nueve de cada 10 personas con esta neoplasia tienen uno de los tipos diferenciados, siendo el más frecuente el papilar.

Así lo expresa Verónica Díaz Sánchez, médico nuclear, quien explica que el yodo ingresa al cuerpo por medio de los alimentos, se absorbe en la mucosa intestinal, se transporta a la sangre y de ahí pasa a las células tiroideas. Asegura que las células lo captan, lo incorporan y producen las hormonas tiroideas.

Mientras que el exceso se elimina por la orina y un pequeño porcentaje por las heces.

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La especialista señala que al administrar el yodo radioactivo (I131), este sigue la misma vía metabólica.

Este es un isótopo radiactivo con una vida media de ocho días, se administra vía oral y está disponible en forma líquida o en cápsulas. Emite partículas que lo hacen muy adecuado para procedimientos terapéuticos, asegura. Así, el efecto del yodo sobre las células tiroideas se debe a la acción de la radiación, que tiene un alcance máximo de dos milímetros produciendo un daño al ADN e inicia un proceso destructivo en la glándula tiroides.

Hipertiroidismo

Al explicar la complicación de salud, Díaz asegura que el tratamiento con I131 está indicado en el manejo del hipertiroidismo, producido por la enfermedad de Graves, adenoma tóxico, bocio multinodular tóxico así como en el difuso y multinodular no tóxico.

El objetivo es controlar definitivamente el hipertiroidismo o disminuir el tamaño de la glándula según sea el caso. “La función tiroidea se normaliza entre los 3 a 12 meses tras la administración del yodo en la mayoría de los pacientes”, explica.

Una segunda dosis podría ser necesaria en caso de persistir la condición más allá de los seis meses. En el caso del bocio, puede reducir el volumen en un 40 a 50% en el primer año, asegura la experta.

Analiza que este tratamiento no necesita hospitalización y el paciente puede hacer sus tareas

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