POR LEONORA RAMÍREZ S.
El trabajo infantil no puede erradicarse de forma sostenible si no se enfrentan las causas que lo originan, entre estas la pobreza, según se establece en el Plan Estratégico Nacional para la Erradicación de las Peores Formas de Trabajo Infantil en la República Dominicana.

Ese proyecto, cuyo período de ejecución se sitúa entre el 2006 y el 2016, debe integrarse a las políticas nacionales que promueven el desarrollo socioeconómico, la reducción de la pobreza, la promoción universal de la educación básica, la salud, la movilidad social y la protección de los derechos de los  menores de edad.

Según las explicaciones que aparecen  en el citado plan, en el país existen varios programas que pueden servir de zapata a la implementación del mismo, entre estos los que ejecuta la Secretaría de Estado de Trabajo, «porque la estrategia de mayor impacto en  la erradicación de las peores formas de trabajo  infantil es el acceso a empleos decentes de parte de la población más empobrecida».

De hecho, la Secretaría de Trabajo ejecuta desde el 2002   el Programa de Capacitación y Modernización Laboral, cuyo objetivo es aplicar políticas que permitan que los jóvenes entre  16 y 25 años, de bajo nivel socioeconómico, puedan acceder a las fuentes de empleo. Y también aplica el Programa «Juventud y Empleo», dirigido a jóvenes de 16 a 29 que no sean bachilleres.

En el contexto de la formación educativa,  y tomando como eje el Plan de Desarrollo de la Educación Dominicana 2003-2012, se debe aumentar la cobertura y  la calidad de la educación en las áreas rurales y urbanas,  incorporar la variable trabajo infantil en los sistemas estadísticos de la Secretaría de Estado de Educación.

Asimismo, focalizar la entrega de útiles escolares a los niños, niñas y adolescentes identificados como trabajadores, garantizar el desayuno escolar en las áreas de mayor incidencia del trabajo infantil.

De acuerdo con el documento, por  lo menos el 50% de los menores que trabajan no logran terminar la educación básica, y 50% restante presenta de dos a tres grados de atraso escolar, no más del 20% finaliza la secundaria y es prácticamente nula su inserción en la universidad.

En el Plan también se establece que, la falta de acceso a los servicios de salud de los menores trabajadores y sus familias, es una de las características más relevantes de la problemática expuesta.

Sobre ese aspecto, se plantea que deben mejorarse las condiciones nutricionales de los niños, niñas y adolescentes, reforzando el desayuno escolar con la suplementación de micronutrientes.

Asimismo, determinarse los trastornos del aprendizaje porque estos inciden en el abandono escolar de los niños, implementar programas de salud reproductiva, tomando en cuenta que la emancipación y el embarazo son dos de las principales causas de deserción escolar en los adolescentes, e incorporar al sistema de estadística de Salud Pública los daños a la  salud vinculados al trabajo infantil.

El Plan Estratégico también se debe vincular al Plan Nacional para Garantizar los Derechos de los Niños, Niñas y Adolescentes, al Plan Nacional para Combatir la Pobreza y al Plan Nacional Contra el Abuso y la Explotación Sexual Comercial de Niños, Niñas y Adolescentes.