POR ODALIS MEJIA
La Academia de Ciencias de la República Dominicana sugirió que todas las plantas a carbón para producción de energía eléctrica sean instaladas en Puerto Alejandro, en Neiba, a fin de crear un parque térmico regional para que disminuyan los impactos negativos al ambiente y se facilite la recolección  y disposición de las cenizas producidas por la combustión del mineral.

Tal sugerencia se realizó ante los aprestos de la Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE) de instalar en la Hatillo, Azua, dos plantas a carbón con capacidad conjunta de 610  megavatios. Mientras que en Barahona la empresa Placer Dome Dominicana plantea construir otra unidad de 140 megavatios. En la actualidad en esta última ciudad existe la planta Distral que utiliza el mismo material.

En un informe sobre los criterios ambientales para la ubicación de las plantas a carbón, elaborado por el geólogo Osiris de León, la Academia de Ciencias sostiene que la zona de Hatillo no es la más adecuada para la construcción de una central térmica, puesto que la constitución del suelo de esa área es de peligro aluvial, donde las precipitaciones  pueden descender 900 metros en apenas 13 kilómetros, lo que podría dañar cualquier estructura que se encuentre a su paso, tal como pasó con el río Blanco, en Jimaní.

Establece que el suelo de Hatillo está constituido por gravas gruesas de alta conductividad hidráulica, lo que impide disponer de un lugar arcilloso adecuado para la colocación de las cenizas resultantes del proceso de combustión del carbón mineral.

Señala, además, que las montañas que limitan los extremos del abanico aluvial dificultan la libre circulación de los vientos, lo que produciría alta concentración de gases de combustión como el monóxido de carbono, dióxido de carbono y dióxido de azufre.

Según la institución la zona de Puerto Alejandro, situada al este de la bahía de Neyba, a 15 kilómetros del noreste de Barahona, reúne mejores condiciones para el establecimiento de un parque térmico regional, donde estarían emplazadas las nuevas y futuras plantas a carbón.

Dice que instalar las plantas en un mismo lugar disminuye la perturbación a las comunidades, a los balnearios, a los proyectos agrícolas,  industriales y turísticos, facilita la recolección y disposición de las cenizas y el ordenamiento territorial regional exigido por la Ley 64-00 sobre medio ambiente.

Considera  además que esta ubicación facilita los planes de manejo y adecuación ambiental que deben ser supervisados por la Secretaría de Estado de Medio Ambiente y Recursos Naturales.

La Academia de Ciencias apoya la instalación de las plantas a carbón para la generación de energía eléctrica a partir de combustibles alternativas que reduzcan la dependencia del petróleo, pero entiende que deben tomarse las previsiones para evitar la contaminación ambiental del aire circundante y de las aguas vecinas en las zonas donde se instalarían.

La entidad recuerda que las comunidades de Ocoa y Barahona, han externado sus preocupaciones por la instalación de las plantas, sin que exista un plan maestro regional, sin que haya evaluación de impacto ambiental y sin evaluar la capacidad de los suelos de las zonas.

Critica que hasta la fecha el gobierno no ha cumplido con el artículo 30 de la Ley 64-00, el cual establece un plan de ordenamiento territorial como base para la óptima definición de los usos del suelo en el territorio nacional.

“De ahí que construir plantas a carbón en lugares diferentes y bajo conceptos diferentes tiende a multiplicar los impactos ambientales y sociales negativos presentes y futuro, y evidencia la ausencia de una política general que tienda a concentrar proyectos similares en un mismo lugar, tal como se hizo en el parque térmico de Haina”, expresa.

Señala, además, que es necesario que haya un organismo regulador que garantice que en momentos de precariedades económicas de la CDEEE, responsable del suministro del carbón mineral para las plantas, no adquiera un material de bajo costo y alto contenido de azufre y metales pesados, lo que implicaría daños ambientales.