Una salida para que las anunciadas exenciones fiscales para las viviendas no generen distorsiones en el mercado, fue trabajada ayer en el sector industrial. La misma consistiría en que cuando el constructor venda la casa descuente al adquiriente el equivalente al ahorro que se produciría con las exenciones. Y una vez hecha esa transacción, el Gobierno le dé un crédito tributario por esa suma.
Una salida para que las anuncias exenciones fiscales para las viviendas no generen distorsiones en el mercado, fue trabajada ayer en el sector industrial. La misma consistiría en que cuando el constructor venda la casa descuente al adquiriente el equivalente al ahorro que se produciría con las exenciones. Y una vez hecha esa transacción, el gobierno le dé un crédito tributario por esa suma, crédito que sería aplicado a futuras compras de materiales o impuestos.
Se explicó que esta fórmula sería fácil de implementar, debido a que se han hecho los cálculos en base al impacto que tendrían las exenciones impositivas sobre una vivienda modelo, según los cuales el ahorro que producirían los incentivos fiscales para el adquiriente de cada vivienda sería de alrededor de 85 mil pesos, tomando en cuenta que se trata de viviendas cuyo valor no superaría el millón 400 mil pesos.
Se indicó que esto incluye el ITBIS y otros gravámenes, pero no el impuesto sobre la renta, que no puede ser eliminado, a pesar de que erróneamente se anunció que sería incluido, ya que a quienes buscan proteger las medidas es a los potenciales adquirientes de viviendas que actualmente no tienen acceso a ellas, no a quienes generen renta.
El principio que rige en buenas prácticas de administración tributaria es que si una operación es rentable paga impuestos, y si no lo es, no paga, y la construcción de viviendas es un negocio que no escapa a la aplicación de ese principio, se explicó. De acogerse la salida planteada, se aseguraría que los incentivos beneficien directamente a los adquirientes de las viviendas ya construidas, con lo cual el agua no se quedaría en el camino sin llegar al pozo.
Además, de esta manera evitaría que el sacrificio fiscal se magnifique en perjuicio del Estado, y que lo que costaría para el gobierno 85 mil pesos, como se ha calculado, se distorsionen y conviertan en sumas mayores indebidas, si los incentivos son aprovechados para importar una cantidad de materias primas para la construcción muy superior a la realmente requerida por las viviendas beneficiadas, con el propósito de desviar gran parte de esos materiales a la construcción de grandes torres o al comercio.
Se informó que esto también evitaría pérdidas de empleos en las empresas productoras y suplidoras de esas materias primas, que no podría enfrentar la competencia de importaciones que no pagarían los impuestos que ellas están obligadas a pagar.
De paso, esto también evitaría que el nombre de constructores que no desviarían estos incentivos para su usufructo, sea dañado por quienes puedan prestarse para usar esos incentivos en su propio provecho, en ausencia de regulaciones que aseguren que el beneficio vaya directamente a los adquirientes de viviendas, se explicó.
Con la iniciativa gubernamental, los constructores tendrían el beneficio adicional de que el Estado aportaría el terreno para muchas de las viviendas construidas, lo que reduce la inversión requerida, disminuyendo en esos casos el valor del terreno a los compradores, al entenderse que la donación no será para los constructores que no la necesitan, sino en provecho de los compradores de escasos recursos. Además, amplia el mercado de compradores, al reducirse los costos, aumentando los beneficios a los constructores.
Pide aplicarlos a materias primas locales
El ingeniero Eduardo Estrella favoreció ayer que los incentivos anunciados por el gobierno para las viviendas sean aplicados a materias de construcción producidos en el país.
Estrella dijo que eso es lo que está haciendo el presidente Barack Obama en los Estados Unidos.
Al ser entrevistado en el programa Telematutino II, por Telesistema, dijo que ha venido abogando desde hace años por una reducción de impuestos para dinamizar la economía y que con los incentivos anunciados le da la razón, aunque deben ser ampliados y aplicados a los materiales fabricados por las industrias nacionales.