Sully Saneaux
Los desengaños del José Saramago político

<STRONG>Sully Saneaux<BR></STRONG>Los desengaños del José Saramago político

El José  Saramago  (premio Nobel) político ha tenido sus desengaños. Según aparece en la exhibición recién abierta en su honor en Lisboa, , cuando siendo subdirector del Diario de Noticias (que era y sigue siendo uno de los grandes periódicos portugueses) poco después de la “revolución de los claveles” (abril 1974) fue acusado de librarse a una “cacería de brujas” contra todo lo que olía a anticomunista, pues él era miembro del partido comunista desde 1969. Nadie explica bien lo que ocurrió pero Saramago perdió el pleito “sin que ni siquiera le apoyara el partido comunista”. Naturalmente, ante la grandeza de la obra integral del genio, ¿Quién se va  a ocupar de esas cosas ahora? Lo que por lo demás, ciertamente no tiene la mayor importancia.

Pero se menciona porque la fidelidad de Saramago a sus ideas comunistas, profusamente reflejadas en la exhibición, sobrevivieron no solamente a deslealtades, sino a “accidentes del camino” de carácter histórico, como la caída del muro de Berlín, con todo lo que eso implicó. Saramago, con genial ironía acepta el fracaso sin cejar en sus principios y dice, “también tengo derecho a mis propias contradicciones”  y agrega que de todas maneras, “el socialismo es un estado de espíritu”.

No sé si a Saramago le ha gustado siempre viajar, pues ese “arte” lo descubrió apenas en los años 70, cuando fue a París. Pero una vez convertido en icono, el escritor no se apea de un avión o de un tren. La celebridad obliga y no cualquier celebridad; tal y como se reseña en la exhibición, Saramago ha recibido todos los premios posibles en un escritor y también el doctorado Honoris Causa por más de 30 prestigiosas universidades de Europa, Estados Unidos y América Latina, no siendo, inexplicablemente, la UASD una de esas universidades, con todo y Saramago haber visitado nuestro país. En casos como el de este gran escritor portugués, es la universidad que se prestigia no él y por el antecedente citado no parece que le molesten esos títulos. En la sala donde se reseñan artículos por él o sobre él, figura entre los pocos diarios del mundo “HOY” del 18 de octubre de 1998, en el suplemento “Isla abierta” que magistralmente dirigiera Manuel Rueda.

Una de las últimas salas/paredes está consagrada al Saramago y sus encuentros en el mundo de la literatura universal y están las fotos de él con Elena Poniatowska, Ernesto Cardenal, Susan Sontag, Tahar Ben Jellou, Salman Rushdie, Benedetti, pero también Mario Soares o Fidel Castro.

Volviendo al comienzo para terminar, si Pessoa pensaba que de su biografía sólo importaba la fecha de su nacimiento y la de su muerte, Saramago, con esta exposición que tiene su bendición, se ha asegurado en vida que cuando ya no esté, se diga mucho más sobre él. Y la verdad es que se lo merece. 

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