Suman 157 hispanos caídos guerra Irak

Suman 157 hispanos caídos guerra Irak

WASHINGTON (AFP).- El número de hispanos muertos en Irak, donde alcanzan la proporción de 11,6% del total de militares estadounidenses caídos desde el inicio de la guerra, divide a su comunidad entre quienes denuncian un «abuso» y los que niegan la existencia de medidas discriminatorias.

   Los 157 soldados hispanos que murieron en Irak desde marzo de 2003 representan el 11,6% de las bajas estadounidenses, cuando sólo constituyen el 9% de los efectivos de las Fuerzas Armadas, según cifras actualizadas el 8 de enero por el Pentágono.

   «La proporción hispana del total de muertos tiende a ser mayor cuando los combates se intensifican», aseguró a la AFP Brian Gifford, investigador de la universidad californiana de Berkeley, que basa sus conclusiones en el análisis de estadísticas oficiales.

   Por ejemplo, durante la fase de la guerra, entre el 19 de marzo y el 30 de abril de 2003, 23 latinos murieron en Irak, el 16,5% de las víctimas estadounidenses.

   Estas cifras admiten diferentes interpretaciones. Considerando que los hispanos representan cerca del 9% de los efectivos de las Fuerzas Armadas estadounidenses, como señala Gifford, se puede concluir que la minoría más importante del país está pagando un precio elevado en Irak.

   En cambio, si se compara el 11,6% de muertos con el 16% de latinos que componen la población estadounidense puede alcanzarse la conclusión contraria, aunque esta interpretación no convence al experto.

   «Muchos jóvenes hispanos o inmigrantes latinoamericanos no pueden entrar en las Fuerzas Armadas por no tener la residencia, los diplomas o los conocimientos de inglés necesarios para superar los exámenes de ingreso: la proporción de los que pueden lograrlo debe, por tanto, ser inferior a 16%», explicó.

   Para Gifford, una de las explicaciones es la mayor proporción de hispanos (11,2%) entre el grupo de efectivos especializados en combate, los infantes de marina, que «sufrieron altas bajas» en Irak.

   Aún así, quedaría pendiente «entender por qué los latinos tienen tanta propensión a figurar en estas especialidades de combate que tienen como primera consecuencia altas bajas en periodo de guerra», señaló.

   Debido a las mayores probabilidades de encontrarse en la línea de frente y el alto porcentaje de bajas, la consecuencia es que «cuando toman la decisión de entrar en las Fuerzas Armadas, los hispanos tienen una mayor probabilidad de morir en Irak que el personal militar perteneciente a otras comunidades», aseguró.

   Según una encuesta del Washington Post de octubre pasado, «una minoría significativa de hispanos (29%) creía que la comunidad estaba pagando un precio demasiado elevado» en Irak.

   En el terreno, en la zona kurda de Irak, el militar Félix Herrera, de origen salvadoreño, dijo estar al tanto de la polémica, aunque negó la existencia de «un complot para poner a los hispanos en más riesgo que los otros grupos».

   «Creo que como comunidad, deberíamos estar orgullosos, si de verdad estos jóvenes se inscribieron voluntariamente, que tenemos gente con valor y dispuestos a hacer el máximo sacrificio por nuestro país», declaró. «Las balas no discriminan», aseguró el sargento.

   Esto, Fernando Suárez del Solar, de origen mexicano y radicado en California, no lo pone en tela de juicio.

   En cambio, este padre de un militar muerto en la ofensiva contra el régimen de Saddam Hussein a fines de marzo de 2003, no duda en interpretar las cifras como «un abuso a la comunidad hispana dentro de las Fuerzas Armadas».

   Maritza Castillo, madre de Camilo Mejía Godoy, hijo del cantante sandinista nicaragüense, condenado en mayo pasado a un año de cárcel por haberse negado a volver a Irak, cree que la explicación es otra.

   «Esta no es una cuestión de hispanos. Es cuestión de pobres», afirmó, en alusión a las desigualdades sociales en el seno de las Fuerzas Armadas.

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