Sumergidos en la
vorágine de la recesión

Sumergidos en la <BR>vorágine de la recesión

EI globo terráqueo se ha sumergido en la vorágine financiera que ha hecho tambalear todas las economías de los países, después que la norteamericana experimentó un tremendo estancamiento a raíz de descubrirse el desastre de las hipotecas basuras y el arrastre económico negativo de la costosa e irracional guerra de Irak.

La quiebra de importantes empresas emblemáticas de la industria norteamericana, el despido de miles de trabajadores, el cierre forzoso de bancos y entidades financieras que eran paradigmáticas en la economía mundial y la increíble caída del índice Dow Jones a menos de 8,000, después de haber superado los 14,000 puntos, ha colocado a todos los economistas a buscar soluciones y desempolvar las experiencias vividas por el mundo aquella vez de la Gran Depresión de 1929.

De nuevo las orientaciones y recomendaciones del gran economista John Maynard Keynes a raíz de la Gran Depresión tienen una frescura moderna. Con ligeras variaciones están adaptadas a los avances tecnológicos de hoy en día. Abrumados por la pesada carga que representa la guerra de Irak para la economía mundial, han aparecido soluciones y rectificaciones que vislumbran un rumbo alentador dentro de la agobiante situación mundial.

Ningún país puede cantar victoria ante el panorama tan oscuro que su origen primario estuvo en la voracidad de las grandes empresas y en sus ejecutivos, en especial los norteamericanos. Afortunadamente se les ha frenado su codicia por la firme orientación política que ha tornado el gobierno norteamericano con la presidencia de Barack Obama.

Nuestro país no podía sustraerse a esa crisis. Al principio se nos quiso hacer creer que estábamos blindados y protegidos en una burbuja mediática e impenetrable. Ahora se nos vende que lloverán las inversiones en particular en el campo turístico, en momentos que el mercado de capitales se muestra muy cauteloso o con sus ventanillas casi cerradas. Mientras tanto aquí se nos quiere hacer creer que somos tan eficientes que la tutela del FMI no es necesaria; tan solo dejarla como un simple monitoreo.

El gobierno sostiene su tozudez de mantenerse en su línea de abultado gasto corriente por encima del 90% de los ingresos, por lo que se ha quedado sin recursos para los compromisos de capital. Esta línea de acción debilita y apabulla las acertadas medidas que tomara el Banco Central de bajar las tasas de interés y disponer de miles de millones de pesos para la industria de la construcción en su sector de las viviendas, así como para las empresas y en particular para las pequeñas industrias.

En el país se ha intentado aplicar la fórmula recomendada por economistas, tan eminentes como Paul Krugman, premio Nobel de Economía del 2008, en cuanto a la línea de acción de los bancos centrales. Aquí se ha procedido con la parte de estimular un plan de construcciones ágil y real que permita dinamizar la demanda. Ésta se encuentra deprimida después del Día de las Madres, con una recesión afectando a todos. El gobierno no puede ni se atreve, por carencia de logística y de imaginación, darle inicio a las obras que demandan las comunidades, que otra vez han vuelto a protestar.

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