Suministro de agua
No se resolverá sin ordenar territorio

<STRONG>Suministro de agua</STRONG><BR>No se resolverá sin ordenar territorio

Mientras persista el desorden en el ordenamiento territorial y continúen surgiendo  bolsones de miseria será difícil contar con un suministro estable de agua potable.

El problema de abastecimiento de agua nunca se resolverá en la República Dominicana mientras persista el desorden en el ordenamiento territorial y continúen surgiendo nuevos bolsones de miseria alrededor de las comunidades establecidas.

Así lo estableció el director del Instituto Nacional de Aguas Potables y Alcantarillados (INAPA), Mariano Germán, quien reconoce que es algo difícil de solucionar, ya que es producto de una situación de carácter socieconómico.  

“No hay ordenamiento territorial, la gente se asienta donde quiera, sin importarle si le van a dar servicio o no”, dice Germán, al tiempo de establecer que a causa de ello al terminar un acueducto enfrentan el problema de que hay muchas más familias de las que registraron cuando iniciaron la obra. Producto de ello, quedan barrios enteros que no reciben agua una vez inaugurado el acueducto.

Esto fue, precisamente, lo que sucedió en lugares como Castillo y Maimón, donde los acueductos se comenzaron a construir hace más de diez años y se concluyeron recientemente.

“Como las instituciones públicas se tardan años en terminar las obras, más allá de lo prudente, resulta que usted comienza una obra para abastecer a un determinado poblado y cuando usted viene a terminarla se han incorporado tres mil y cuatro personas que están fuera de récord, sin orden alguno, porque aquí no hay ordenamiento para nada. Este país es un desorden, lamentablemente”.

Tras asegurar que al  terminar los acueductos siempre  se encuentran con la misma situación, Germán dijo que esto hace que sea muy difícil que toda la población esté incorporada a los acueductos.

Volviendo con  Maimón, Germán explicó que  están haciendo un levantamiento de las familias que no tienen agua y a partir de junio colocarán las acometidas y  válvulas. ¿En resumen? En  3 ó 4 meses  darán  agua a todo el pueblo.

En otro orden, Germán se quejó de  que hay  constructores que levantan  torres y proyectos sin prever cómo ofrecerán los servicios. Asimismo, el Estado falla porque no establece la autoridad para regular esa situación.

¡Cuánto tiempo!  Cuando Germán llegó a INAPA se encontró con que había muchos proyectos que no estaban terminados a pesar de que tenían más de diez años en ejecución. Es el caso de los acueductos de Bonao, Hato Mayor, Fantino, El Pescozón, El Café y, aunque estaba inaugurado, el de San Pedro de Macorís.

Tras establecer que el tiempo que debe tomarse un acueducto es de 2 años, si tiene todos los planos listos, el contratista está planificado y los recursos económicos fluyen, Germán dijo que una de sus prioridades es terminar  las obras que encontró al llegar. Y es que el retraso en la terminación de las obras, establece, genera  invertir en cambio de tuberías. Eso, prevé Germán, sucederá en Castillo, puesto que las tuberías tienen más de 20 años en servicio y no aguantarán la presión del agua.

El caso de Samaná

La segunda fase de este acueducto, que costará US$50 millones, estará concluida el próximo año. “Estamos avanzando en el Cosón, en Las Terrenas, en el Francés y en Samaná”, dijo Germán al  tiempo de explicar que todavía  no se resolverá el problema de agua de esta zona. Tampoco será peor.

Otra forma de trabajar

En una institución en la que no era raro que los proyectos duraran 15 ó 20 años en ejecución, Germán estableció un récor durante el 2009: de los 207 trabajos que contrató, entre los que se incluyen la reparación, terminación e inicio de acueductos,   terminó 149.

La electricidad y la gente: problemas

Otro problema grave que enfrenta INAPA en muchos lugares es la inestabilidad del sistema eléctrico, lo que produce que los equipos se quemen con mucha frecuencia.

Esto representa, afirma Germán, pérdidas de millones de pesos al mes. “Se nos queman motores, tenemos que rebobinarlos, tenemos que ponerle a todos los sistemas generadores”.

Como si esto fuera poco, en lugares como Maimón  los transformadores eléctricos no tienen  la capacidad suficiente que requiere la estación de bombeo del acueducto, obligando a INAPA a utilizar generadores propios.

A causa del gasto que representa operar su propio generador, Germán indicó que no les queda otra opción que racionalizar el agua. “Tenemos que dar ciertas horas de bombeo para llenar los tanques y, una vez que tenemos determinado nivel, abrir para regularizar el uso”.

Los apagones, evidentemente, también les afectan mucho, ya que no pueden operar los sistemas de abastecimiento durante el tiempo suficiente para llenar los tanques de  los campos de pozos.

Servicio a domicilio

Evitar y corregir  las averías que  provoca la gente. Ese es otro problema que, cotidianamente, debe enfrentar  el INAPA.  “A la gente tienes tú que colocarle la tubería en el patio de la casa porque sino tú le dejas la  red que pasa por la calle, te van y te la rompen y al día siguiente aparece todo tipo de averías, porque la persona buscó cualquier plomero, te hizo una zanja, te rompió la tubería y tienes tú que írsela a reparar”, dice Germán para explicar lo complejo de su trabajo.

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