El suministro de Gas  Licuado de Petróleo (GLP) empezó a llegar ayer a las bombas de expendio, pero muy lentamente y sólo en algunas de estas estaciones. Reporteros de este diario que hicieron un recorrido por distintos puntos de la ciudad comprobaron las quejas de las amas de casa, pero sobre todo de chóferes de vehículos de motor, tanto públicos como privados.

Cuando el derivado petrolero escasea, por la razón que fuere, ahora sus consecuencias son mayores debido al alto número de vehículos de motor que utiliza este combustible, en sustitución de la gasolina y del gasoil. Varios chóferes se quejaron ayer porque habían visitado hasta cuatro estaciones y no encontraron GLP.

Aunque el sábado,  las autoridades prometieron que el inconveniente suscitado con el Gas Licuado de Petróleo se acabaría ayer, esa no fue la realidad en la mayoría de las plantas  que venden el combustible en la capital y en la provincia Santo Domingo.

Si bien es cierto que  algunas estaciones que permanecían cerradas, empezaron a despachar  el carburante,   la mayoría no lo recibió.

“Tenemos una semana cerrados porque no contamos con el gas para venderlo, lo que nos causa pérdidas y genera problemas a la gente que viene aquí a comprarlo”, es la queja de Simín López, de la estación del kilómetro 9 de la autopista Duarte.

Tanto el secretario de Industria y Comercio,  Melanio Paredes, como el titular de Hacienda, Vicente Bengoa, explicaron que el impasse se debía a un asunto de presupuesto y afirmaron que se resolvería cuanto antes.

Esta situación  perjudica a las amas de casa y cada vez en mayor grado, a los choferes de vehículos públicos.

“Es muy incómodo, porque se trata de pasar trabajo, e ingeniárselas cuando no hay gas”, exclamó Luisa Báez.

Esa opinión fue corroborada por el conductor Carlos Recio, quien dijo que enfrenta dificultades con su trabajo.

“En algunos lados que no había, ya llegó el gas, pero no en todas las plantas, yo he recorrido muchas y donde encontré todavía hay filas”, expresó.