No he encontrado en el libro de Welles el porqué del título; pero parece obvia su denuncia-advertencia.
En el capítulo 21, Reyes I, se narra lo siguiente: Aconteció que Nabot de Jezreel tenía una viña junto al palacio del rey Acab. Y Acab habló a Nabot, diciendo: Dame tu viña para un huerto de legumbres, porque está cercana a mi casa, y yo te daré por ella otra viña mejor que esta; o si mejor te pareciere, te pagaré su valor en dinero. Y Nabot respondió a Acab: No te daré la heredad de mis padres. Y el rey Acab, entristecido, se acostó en su cama, y no comió.
Pero vino su mujer, Jezabel, y le dijo: ¿Tú eres el rey sobre Israel? Levántate, y come y alégrate; yo te daré la viña.
Entonces ella ordenó: “poned a dos hombres perversos delante de Nabot, que atestigüen contra él y digan: Tú has blasfemado a Dios y al rey. Y entonces sacadlo, y apedreadlo para que muera.
¿Por qué titula Welles su obra de esa manera, cuando lo que trata es de historia de una pequeña república mulata caribeña?
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En realidad Welles, en clave bíblica, está denunciando, y discretamente advirtiendo, sobre la codicia que siempre ha existido sobre nuestro territorio por parte de grandes intereses. Un suelo, un paisaje demasiado hermoso para estos mulatos engreídos, como suelen vernos agresores e interventores. Tenemos, además:
1) Un vecino cargado de miseria, frustración y falsas concepciones sobre su propia historia y la nuestra; combinados con potencias mundiales que no toleran la desorganización de ex colonias ni en paisillos del tercer mundo; que además provocan la creciente migración a sus urbes de estas gentes primitivas o primarias, de otras razas.
2) Un embate brutal contra nuestra integridad moral y espiritual, racionalizadas en base a doctrinas ateas y degeneradas que parecen entronizadas en organizaciones internacionales;
3) A menudo mezcladas con la resaca del ateísmo marxistoide, enemigo acérrimo de nuestros valores cristianos.
Nuestra tierra, “La tierra más hermosa que ojos humanos hayan visto”, ha sido durante siglos el objetivo de grandes potencias. Actualmente, un lugar paradisíaco, perfecto para los que gustan vacacionar y divertirse en pleno libertinaje.
La envidia es mucha, especialmente de los vecinos que piensan que esto les pertenece; y de los extranjeros de otras latitudes, que piensan que este paisaje es demasiado bueno para nosotros.
Decía en verso Apolinar Núñez: Ellas no entendían que yo vengaba mi pueblo desde la cama; porque las españolas no sabían nada de historia.
Aunque pocos leen historia, los que leen la Biblia pueden entender la advertencia de Welles: Si nos descuidamos perderemos suelo y paisaje, libertad, creencias y valores que nos dejaron nuestros Padres Fundadores.
(Entonces vino palabra de Dios al profeta Elías: Ve y dile al rey Acab: En el mismo lugar donde lamieron los perros la sangre de Nabot, los perros lamerán también tu misma sangre. Y comerán la carne de Jezabel en el muro de Jezreel.)
La advertencia de Welles es también para nuestros adversarios.