BAGDAD (AP).- El grupo sunita más influyente de Irak está dispuesto a abandonar su llamamiento a un boicot de las elecciones del 30 de enero si Estados Unidos presenta un cronograma para retirarse del país, dijo el domingo un portavoz de la organización.

   Los miembros de la poderosa Asociación de Eruditos Musulmanes transmitieron su pedido a un importante funcionario de la embajada estadounidense en un encuentro del sábado, expresó el informante sunita a condición de mantener su nombre en el anonimato.

   El encuentro fue confirmado el sábado por el portavoz de la misión diplomática estadounidense, Bob Callahan. Dijo que un importante funcionario de la embajada, cuyo nombre no reveló, se reunió con prominentes miembros de la asociación para persuadirlos a que participen en las históricas elecciones previstas para el 30 de enero.

   Describió el encuentro como un «intercambio de opiniones»», pero no aportó detalles de los temas analizados. Indicó que el embajador estadounidense John Negroponte no estuvo presente.

   Los líderes sunitas habían solicitado que la votación fuera pospuesta, principalmente debido a que las áreas de Irak donde ellos predominan están siendo azotados por la violencia y no ha sido posible comenzar con los preparativos.

   El funcionario sunita dijo que la asociación estuvo representada en el encuentro por su jefe, el jeque Harith al-Dhari, y el jefe de relaciones públicas, Abdul-Salam al-Kobeisi.

   «El doctor Harith al-Dhari insistió en que se presente un cronograma con la fecha de retiro de las fuerzas de la ocupación, que sea garantizado por las Naciones Unidas»», expresó.

   «Si esto sucede, la asociación pedirá a las otras partes que declararon el boicot a que participen en las elecciones»», manifestó la fuente.

   Es improbable que Estados Unidos considere presentar un cronograma del retiro de sus fuerzas.

   Estados Unidos insiste que la votación debe ser realizada de acuerdo con lo planeado, y se opone con firmeza a cualquier postergación.

   Pero algunos funcionarios norteamericanos admiten que una baja participación electoral podría amenazar la credibilidad de los comicios.