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Batear es lo más difícil que existe

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El arte de conectar de hit  es tan difícil que un bateador se considera brillante si lo hace en tres de diez turnos  oficiales. En cualquier otro deporte, el atleta que alcanza un promedio de logros semejante es    mediocre.

Sin embargo, hombres de la talla de Rod Carew, Dave Winfield, Eddie Murray y Craig Biggio      dejaron el “pellejo” en el terreno de juego, para concluir sus carreras en el círculo exclusivo de los 3,000 inatrapables.

Carew, el más viejo de los   mencionados, debutó en las mayores el 11 de abril de  1967 e inmediatamente impresionó con el madero.

   El panameño se alzó con el premio de Novato del Año, luego de batear para .292, 8 cuadrangulares y 51 carreras empujadas.

Carew se mantuvo durante 19 temporadas en la gran carpa y logró batear sobre 300 puntos en 15 ocasiones seguidas.

 En ese lapso de tiempo, el infielder se alzó con siete coronas de bateo y consiguió al menos 200 incogibles en tres oportunidades.

Carew disfrutó su  mejor campaña en 1977, cuando ganó los lideratos de bateo, triples, hits y anotadas. Ese año también obtuvo su único premio al Jugador Más Valioso.     

Asistió a 18 Juegos de Estrellas. Sólo faltó el último año de su grandiosa carrera al clásico de media temporada.

Dave Winfield. Hablar de Winfield es recordar a uno de los jugadores más precoces que han pasado por las Grandes Ligas.

 El espigado jugador, seis pies y seis pulgadas, fue escogido por los Padres de San Diego en el lugar número cuatro del sorteo de novatos de 1973.

Unos meses después,  Winfield debutó en las mayores y permaneció allí por 22 temporadas. Jugó también para los Yanquis de Nueva York, Angelinos de California, Azulejos de Toronto, Mellizos de Minnesota e Indios de Cleveland.

Bateó cuatro veces sobre .300, representando su mayor promedio en 1984, con un astronómico .340.

 Nunca consiguió 200 hits en una temporada, pero logró al menos 150 en 11 ocasiones.

Se caracterizó por ser  un excelente defensor, muestra son sus siete Guantes de Oro, divididos en dos en la Liga Nacional y cinco en la Americana.

Eddie Murray.  El nativo de Los Angeles, California, es considerado como uno de los mejores bateadores ambidextros de todos los tiempos.

Duró cuatro temporadas en los circuitos minoritarios de los Orioles de Baltimore y llegó a las mayores en 1977 con apenas 21 años. 

La edad no fue obstáculo para que Murray se alzara con el galardón de de Novato del Año del joven circuito, gracias a su average de .283, 27 jonrones y 88 impulsadas.

   El versátil jugador volvió a repetir buenas estadísticas en 1978 y obvió el supuesto maleficio del segundo año.

Luego de ahí, mantuvo su promedio sobre .300 en siete ocasiones y consiguió al menos 150 inatrapables en 14 oportunidades.

Durante sus 21 campañas, obtuvo más de 30 bambinazos en cuatro estaciones. Está incluido en la reducida lista de jugadores con 3,000 hits, 500 jonrones e igual número de dobles.

Craig Biggio.  El  pimentoso jugador tuvo grandes momentos  ofensivos y defensivos. Llegó a las mayores como receptor y luego pasó a la intermedia. Concluyó su carrera como jardinero.

   Sin embargo, su bate lo llevará al Salón de la Fama, ya que ingresará desde que sea elegible. Su mayor cantidad de hits ocurrió en 1988, con un total de 210. Se consideraba un experto en tomar pelotazos. Ganó cinco veces ese renglón.

Las cifras

3,060

Hits.  Craig Biggio batalló para alcanzar   los tres mil indiscutibles. Permaneció activo hasta los 41 años, totalizando 130 sencillos en su última temporada.

  56

Dobles.  Logró cuatro títulos en ese encasillado.

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