Hoy 
POR TANIA HIDALGO
El Sexto Juzgado de Instrucción del Distrito Nacional fue desmantelado ayer al cancelar y echar de la oficina a una abogada ayudante, la secretaria y un oficinista, mientras que la jueza titular fue trasladada a Elías Piña.
La Suprema Corte de Justicia prescindió de los servicios de la abogada ayudante, Raquel Núñez Almánzar, de la secretaria Ketty Pérez y del oficinista Julio Balbuena.
Pérez se quejó de que fue sacada del tribunal sin inventariar los bienes muebles, expedientes y materiales gastables, por lo que se hizo auxiliar del notario público, Luis Antonio Alcántara Méndez, para que levante un acta en la que se haga constar lo ocurrido.
La secretaria tenía 12 años laborando en el Poder Judicial mientras que la abogada ayudante y el oficinista llevaban 4 años cada uno.
Las cancelaciones, firmadas por Eulalia Vásquez, encargada de la División de Registro Personal de la Suprema Corte, fueron ejecutadas por la encargada administrativa del Palacio de Justicia de Ciudad Nueva, Fanny Medina, quien les pidió a los empleados cancelados que entregaran los carnets de identificación, del seguro médico y las llaves de las puertas del tribunal.
«La Suprema Corte de Justicia ha prescindido de sus servicios con efectividad al 30 de julio del 2004», indica la carta de cancelación.
Los despidos se producen luego de que la embajada norteamericana requiriera de la Suprema Corte, un informe de las decisiones de los Juzgados de Instrucción del Distrito Nacional, relacionados con los casos de narcotráfico.
El pasado jueves, la Suprema Corte dispuso el traslado de cinco jueces, incluyendo a la magistrada Anikssa Serra de la Mota, quien instruía el expediente de estafa atribuida a ejecutivos del Banco Nacional de Crédito (BANCREDITO).
En lugar de Serra de la Mota fue designado el magistrado Teófilo Andújar. Este juez estuvo un período como interino de la Quinta Sala Penal del Distrito Nacional y posteriormente en el juzgado de Instrucción de la provincia Santo Domingo.
Tanto la secretaria como la abogado ayudante, permanecieron por varias horas en el pasillo del tribunal en espera de que se les permitiera hacer el inventario y retirar algunos documentos personales, mientras que los demás empleados de las oficinas salieron a presenciar la situación.
