Sur global

Sur global

Hará unos cuarenta años las Naciones Unidas promovieron el surgimiento de esquemas de cooperación entre las propias naciones llamadas en desarrollo englobadas, entre otras variadas denominaciones, como naciones del Sur. En el Norte quedaban los países industrializados. La iniciativa fue loable y de alcance estratégico potenciando la posibilidad de intercambio de experiencias, inversiones conjuntas e incentivaba la integración, todo lo cual abría grandes posibilidades para romper lazos de dependencia y, quizás, introducir cambios en la estructura de las relaciones internacionales prevalecientes. Posiblemente por todo ello fue quedando en desuso y se fue ignorando.

El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo –el PNUD-, al que corresponde buena parte del mérito de aquella propuesta, ha realizado estudios que han demostrado como en la primera década de este Siglo XXI, lleno de “sorpresas”, se ha estructurado un nuevo fenómeno económico que ha sido bautizado como “Sur Global”.  Las naciones encasilladas como el “sur en desarrollo” han registrado como promedio una tasa de crecimiento del 4.8 % en los últimos 10 años, y aportan ya un 45 % del PIB mundial. Incluso, en el 2010 marcaron un crecimiento del 7.3% muy por encima del “Norte”. Lógicamente, eso ha tenido un impacto notable en la reducción de la pobreza en algunos países acercándolos a las metas de los Objetivos del Milenio. Todo ello en el marco de una brutal crisis económico – financiera que sacude al “norte”.

 Ante esa realidad el PNUD ha retomado la idea al reconocerle, nuevamente, el potencial de desarrollo que tiene para aquel conjunto de naciones mitigando, además, las críticas consecuencia de la crisis prácticamente global del mundo desarrollado.

Todo el Sistema de la ONU se ha volcado a apoyar este esfuerzo: el PNUD, además de su Unidad Especial para la Cooperación Sur – Sur, inauguró el Centro de Políticas para el Desarrollo de Sociedades Globales, en Seúl, y participó del lanzamiento del Centro Internacional para la Reducción de la Pobreza, en Beijing colaborando en el establecimiento del Centro para el Sector Privado en el Desarrollo, en Estambul; el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente –PNUMA- creó el Mecanismo de Intercambio Sur-Sur, para proyectos sostenibles, teniendo en cuenta su desarrollo en energías renovables; la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura  -UNESCO- creó el Centro Internacional para la Cooperación Sur-Sur en Malasia. La Organización Internacional del Trabajo –OIT- estableció el Centro Interamericano para el Desarrollo del Conocimiento en la Formación Profesional en América Latina y el Caribe y la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial –UNIDO- creó varios centros de cooperación Sur- Sur en Brasil, China e India y otros países de medianos ingresos.

En el plano de programas unilaterales destacan los casos de China con sus programas de cooperación y Venezuela con su Asistencia de Suministro Energético a 22 países. Sin dudas que estamos ante un fenómeno que puede cambiar el perfil económico de la geopolítica mundial.

 Muy bien, pero no pretenda liberarse el “norte” de su compromiso histórico.

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