Surge controversia en torno a Colón

Surge controversia en torno a Colón

POR MARGARITA QUIROZ
Que si están aquí o si están allá… ¡Bueno! aún no se sabe. Lo que sí se sabe es que a casi 500 años de la muerte del almirante Cristóbal Colón todavía no han podido determinar dónde realmente reposan sus restos. Mientras, República Dominicana y España mantienen sus expectativas. En 1492 el interés era conseguir oro y especias, ahora 512 años después, se busca el renombre internacional de tener sepultado en su terruño los restos del Almirante proscrito por la historia. 

Recientemente un equipo de científicos de la Universidad sureña de Granada, presidido por José Lorente y Miguel Botella, presentó sus conclusiones, aún provisionales, tras dos años de investigaciones genéticas y antropológicas encaminadas a descubrir la ubicación exacta de la tumba de Colón. Las  investigaciones no descartan que los restos del Almirante se encuentren en la catedral de Sevilla.

Las pruebas de ADN, en que consistieron los análisis de los restos ubicados en la catedral de Sevilla, son preliminares, ya que sólo en unos cinco o seis meses, cuando se realicen otras pruebas, se podrá determinar con certeza.

Pese a esto, los científicos aseguraron que la fiabilidad de los resultados es de un ciento por ciento y que existe la posibilidad de que los huesos exhumados y analizados formen parte del esqueleto del Almirante, cuyos restantes  podrían ser los que están depositados en Santo Domingo.

Ante estas declaraciones, dadas a conocer de forma exclusiva al periódico El Nacional, vía teléfono, por el científico y profesor universitario José Antonio Lorente, la reacción de las autoridades dominicanas no se hizo esperar.

La viceministra dominicana de Patrimonio Cultural, Sulamita Puig, explicó que los estudios realizados a los supuestos restos de Colón encontrados en Sevilla sólo aportan el 20% de similitud con los atribuidos a su hijo Diego, por lo que no hay nada en concreto.

Puig define como “contradictorios” los resultados de los estudios ofrecidos por los antropólogos porque a su entender no aportan datos definitivos sobre el parentesco entre los restos atribuidos a Colón y los de su hijo Diego.

De acuerdo a la funcionaria dominicana, los científicos españoles utilizaron el método mitocondrial, uno de los tres de ADN que se utilizan para determinar el parentesco a través de la madre, pero que no sirve para la paternidad.

Agregó además que en un 80%  el estudio no produjo similitudes entre los restos del navegante y su hijo, por lo que es insuficiente para afirmar o negar que los restos examinados sean auténticos.

El análisis realizado por el doctor Lorente incluyó una comparación de los restos de Diego Colón, depositados en La Cartuja y finalizadas las pruebas se hace necesario exhumar los restos que están en el Faro a Colón.

Ante este requerimiento, Puig  consideró “de mejor provecho” someter a preservación los restos de Colón depositados en la capital dominicana, antes de compararlo con los de Sevilla.

Los análisis acerca de los restos de Sevilla, construidos con fragmentos de huesos que apenas alcanzan los 150 gramos apuntan a que Cristóbal Colón falleció entre los 55 y 70 años. En su testamento, Colón dejó establecida su voluntad de descasar para siempre en lo que hoy es la República Dominicana.

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