Río de Janeiro — El arresto de un banquero multimillonario en Brasil como parte del caso de corrupción en Petrobras generó un clima de incertidumbre y desconfianza que podría dañar gravemente inversiones y el sector financiero del país, dijeron el jueves analistas.
La policía detuvo el miércoles a André Esteves, presidente del importante banco de inversiones BTG Pactual, por sospechar que junto al senador líder del partido oficialista Delcídio do Amaral intentaba silenciar a un testigo que los podría involucrar en el esquema de sobornos denominado por la fiscalía “Lava Coches”.
Amaral fue también arrestado el miércoles. “Entre la comunidad empresarial, existe el temor de que la detención de una persona que es probablemente el empresario joven más exitoso, cuyo sector financiero abarca diversos sectores de la economía nacional, paralice aún más las inversiones”, escribió Fernando Dantas, columnista del periódico Estadao.
Algunos analistas señalaron que no solo hubo sorpresa, sino también cierta decepción ya que BTG Pactual era considerado una apuesta segura debido a la reputación de Esteves, de 47 años, como un hombre de confianza, defensor del modelo que premia los méritos.
Uno de los hombres más ricos del país, su fortuna es calculada en 2.000 millones de dólares, según la revista Forbes. El nombre de Esteves también figura en un edificio de residencias en Harvard Business School que es utilizado para un programa de formación de ejecutivos.
Hay una placa en su honor tras una donación personal por una suma no revelada. Pero para muchos de los que hacen negocios en Brasil, Esteves es también un hombre con acceso al ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, al líder de la oposición Aécio Neves y al alcalde de Río de Janeiro Eduardo Paes.
Lo que lo involucra al esquema de 2.000 millones de dólares es su participación en Sete Brasil, una empresa que construye sondas de perforación para Petrobras, que ha sido mencionada una y otra vez en las investigaciones. El impacto de las investigaciones se podría sentir en todas las empresas relacionadas con BTG Pactual, según Silvio Campos Neto, economista de la consultora Tendencias.
“No sabemos todavía qué tan expuestas están. Pero el principal riesgo es la pérdida de confianza que hace que el capital salga”, dijo a The Associated Press. “Hasta ahora, el riesgo parece estar bajo control. Pero el mercado está vigilando lo que pasa”.
El jueves, la agencia de calificación crediticia Moody’s colocó a BTG Pactual en la lupa para una posible rebaja al considerar que las acusaciones “podrían tener consecuencias negativas para la franquicia de la empresa”.
Mientras que la consultora Eurasia Group señaló que “la detención de su director general representa la primera vez que la Operación Lava Coches plantea la posibilidad seria de contagio financiero”.
BTG Pactual trató de calmar a los inversionistas con el nombramiento inmediato de Persio Arida, presidente de la unidad de gestión de activos del banco y ex gobernador del Banco Central, como director general provisional.
El banco de inversiones está presente en 20 países. En julio del año pasado, BTG compró el banco suizo BSI por 1.680 millones de dólares. La empresa también está detrás de una propuesta por fusionar las compañías de teléfonos celulares dominantes en Brasil Oi y TIM.
En los últimos años, BTG Pactual aumentó su presencia en América Latina al comprar el banco de inversiones chileno Celfin Capital, y en Colombia, la casa Bolsa y Renta.
En Brasil, es la octava entidad financiera más grande en activos totales con participaciones en diversas empresas, desde inmobiliarias, medios de comunicación, gimnasios y farmacias.
Tras el arresto, las acciones de BTG Pactual cayeron 21% en el índice de Sao Paulo, por temores de que otros socios se vean afectados. Esteves, quien niega las acusaciones, fue arrestado en su residencia en Río de Janeiro.