Surgen dudas China pueda mantener el crecimiento

Surgen dudas China pueda mantener el crecimiento

Han surgido fuertes dudas entre los inversionistas a nivel mundial sobre la posibilidad de que China pueda mantener su actual nivel de crecimiento debido a las restricciones impuestas por las autoridades por frenar el avance de los préstamos financieros fuera de balance, el llamado sistema bancario en la sombra (shadow banking).

«Las previsiones más conservadoras apuntan a que podría tener un tamaño del 40% del PIB del país», advierte Javier Santacruz, analista de Oro y Finanzas.

El fuerte crecimiento de la demografía del país obliga a generar 10 millones de puestos de trabajo anuales, para lo que la economía tiene que crecer a ritmos del 7.2% anual, explicó a finales de 2013 el primer ministro chino, Li Keqiang. El PIB de China creció un 7.7% el pasado ejercicio, un ritmo difícil de conservar en los próximos años con condiciones crediticias mucho más estrictas ante los intentos de los líderes del país.

Restringir la liquidez

Para frenar las distorsiones y los riesgos de las entidades del país, desde el Banco Popular Chino optaron por restringir la liquidez en el mercado, una situación que provocó episodios de elevada tensión en el mercado interbancario y obligó al banco central a inyectar US$48,600 millones para frenar las tensiones. No es la primera vez que pasa, pero sí se percibe un aumento en la recurrencia de esta volatilidad en el mercado interbancario.

Las dudas también alcanzaron al mercado de bonos soberanos y el riesgo de impago comenzó a sobrevolar a algunas corporaciones locales. «Es evidente que la creación de créditos en China ha sido superior al crecimiento económico durante algún tiempo», advierte Dominic Rossi, director mundial de inversiones de renta variable de Fidelity, hasta el punto de que la deuda total del país (pública, empresarial y de los hogares) ha alcanzado el 200% del PIB, según los datos publicados por el banco central del país.

La situación se complica en el caso de las corporaciones locales, cuyo pasivo tiene ya un tamaño del 32% del PIB, según los datos de la Oficina de Auditoría Nacional. El temor de los inversores ante algún hipotético default se ha visto reflejado en el avance del seguro por impago del bono chino, el CDS, que hace dos semanas marcó máximos desde agosto por encima de los 160 puntos. Ahora, en cambio, se sitúan en el umbral de los 150 puntos.

«Al final, poco a poco se sientan las bases de un problema de confianza que el Gobierno ha tratado de combatir con reformas aun no cuantificadas y sin un calendario claro. La política verbal tiene sus límites», advierte José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España.

Este nuevo problema del gigante asiático podría afectar al viejo temor de la ralentización de la economía del país y enfriar todavía más su PIB. «La reducción del tamaño del sistema bancario en la sombra tendrá un impacto sobre el crecimiento del país que no se resolverá en menos de 2 o 3 años», advierte Santacruz. La contracción del crédito, necesario a largo plazo, podría poner más trabas al avance del país a corto.

 

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