CHICAGO — La fiscal general de Illinois, Lisa Madigan, publicó ayer un informe sobre abuso sexual infantil por parte de clérigos en el que se afirma que la diócesis de Illinois no ha difundido los nombres de al menos 500 religiosos acusados de este delito.
Según el documento preliminar, seis arquidiócesis han hecho un trabajo inadecuado al investigar las denuncias y, en algunos casos, no las examinaron ni dieron parte a la agencia gubernamental para el bienestar infantil del estado de Nueva York. La oficina de Madigan dijo que a pesar de que la diócesis reveló 45 nombres más de quienes enfrentan acusaciones creíbles, el número total dado a conocer es de apenas 185, lo que suscita dudas sobre la manera como la Iglesia enfrenta esta crisis.
“Al optar por no investigar a fondo las denuncias, la Iglesia católica fracasó en su obligación moral de brindar a las víctimas, feligreses y al público una explicación completa y precisa de todos los delitos sexuales de sacerdotes en Illinois”, afirmó Madigan en un comunicado. “El no investigar también significa que la Iglesia católica nunca hizo el intento de determinar si la conducta de los sacerdotes acusados fue ignorada o encubierta por superiores”.
El informe no incluye algunos detalles cruciales, como la fecha de las denuncias. Tampoco acusa a las diócesis de mantener en el hermetismo los nombres de los clérigos sobre los que pesan acusaciones “creíbles”; solo afirma que la lista de sacerdotes denunciados es mucho mayor a la hecha pública.
Una portavoz de Madigan dijo que las acusaciones se remontan a décadas y abarcan a algunos sacerdotes ya fallecidos.
Las revelaciones suponen un nuevo golpe a la credibilidad de la Iglesia, que se ha visto en aprietos para contener el escándalo frente a las crecientes acusaciones de negligencia. En agosto, un jurado investigador de Pensilvania dijo en un informe que cientos de sacerdotes abusaron de al menos 1.000 niños en poco más de siete décadas en el estado.