EL CAIRO, Egipto. AP. El nuevo presidente de Egipto decidió echar mano a su autoridad y retomar el control de las calles el domingo, incluso mientras sus opositores islamistas declararon ilegítimos sus poderes y prometieron devolver al poder a Mohamed Morsi, cuyo derrocamiento por las fuerzas armadas ha llevado a protestas de ambas partes y enconados enfrentamientos callejeros.
En un hecho que subraya las profundas divisiones que enfrenta el nuevo líder, el despacho del presidente Adly Mansour informó el nombramiento de Mohamed ElBaradei, uno de los principales críticos de Morsi, pero posteriormente se retractó. Ahmed el-Musalamani, portavoz de Mansour, negó que el nombramiento haya sido algo de completa certeza. Sin embargo, los reporteros reunidos en el palacio presidencial fueron llevados a un salón donde un funcionario les dijo que esperaran a que el presidente llegara para anunciar el nombramiento de ElBaradei.
Munir Fakhry Abdelnur, alto funcionario de la oposición, declaró a The Associated Press que la marcha atrás se debió a que el partido ultraconservador Salafi el-Nour objetó el nombramiento de ElBaradei y se desarrolla un proceso de mediación
La tensión se mantenía elevada mientras decenas de miles de partidarios de Morsi se congregaron por tercer día consecutivo en una mezquita cerca de un vecindario de El Cairo que ha sido tradicionalmente una zona controlada por los islamistas, que gritaban con furia lemas contra el derrocamiento del primer presidente electo democráticamente por el general Abdel-Fattah el-Sissi.
El general ha negado que hubo un golpe, alegando que seguía los deseos de millones de egipcios que protestaban contra Morsi. Pero el sábado no se reportaron hechos importantes de violencia en momentos que las dos partes se reagrupaban tras una noche de enconados enfrentamientos que convirtieron el centro de El Cairo en un campo de batalla.
En lo que pudiera ser el preludio de otro enfrentamiento, el grupo juvenil de oposición que organizó las protestas masivas que llevaron a la salida de Morsi del poder exhortó a la población a lanzarse a las calles el domingo para apoyar el nuevo orden. Mansour, de 67 años y presidente del Tribunal Constitucional que fue nombrado presidente interino por las fuerzas armadas, se reunió el sábado temprano con el-Sissi y el ministro del Interior, Mohamed Ibrahim, quien está a cargo de la Policía.
También se reunió con tres líderes de Tamarod (Rebelde), el grupo que organizó las masivas protestas de oposición que comenzaron el 30 de junio, el aniversario de la toma de posesión de Morsi. Mientras tanto, la Hermandad Musulmana, el partido de Morsi, ha prometido boicotear el proceso político, alegando que lo ocurrido fue un golpe de los militares que derrocó a un gobierno electo democráticamente. Morsi, ingeniero que estudió en EEUU y que sus críticos acusan ampliamente de monopolizar el poder para él mismo y la Hermandad, así como de no implementar reformas democráticas y económicas, seguía detenido en un lugar no identificado.