Suspenden un partido de béisbol en EE.UU. por un tiroteo fuera del estadio

Suspenden un partido de béisbol en EE.UU. por un tiroteo fuera del estadio

WASHINGTON. El juego de los Padres de San Diego en casa de los Nacionales de Washington se suspendió el sábado en la sexta entrada, luego que el equipo local informó que se había reportado un tiroteo frente al estadio.

Los disparos resonaron dentro del parque, lo cual provocó que varios fanáticos invadieran el dugout en busca de protegerse.

El tiroteo entre personas que viajaban en dos automóviles dejó tres heridos, de acuerdo con Ashan Benedict, subjefe del Departamento de la Policía Metropolitana. Una de las personas heridas era una mujer que asistía al juego y que fue alcanzada mientras estaba frente al estadio, informó Benedict.

No se consideraba que las heridas pusieran en riesgo la vida de la mujer.

Más tarde, dos personas que viajaban en uno de los vehículos ingresaron en un hospital local con heridas de bala, y fueron interrogadas por los investigadores, dijo Benedict. Se desconocía de inmediato la gravedad de sus lesiones.

Los investigadores buscaban todavía el segundo vehículo involucrado en el tiroteo.

El sonido de los disparos causó pánico entre los fanáticos que estaban dentro del estadio. Algunos se agacharon para cubrirse, otros se arrojaron debajo de mesas o detrás de las butacas, mientras por los altavoces del inmueble se pedía que la gente permaneciera dentro del recinto.

“Fue una escena caótica”, dijo el jefe de los umpires Mark Carlson, en declaraciones a The Associated Press. “Oímos lo que sonó como disparos. No sabíamos de dónde venían”.

Los Padres habían ingresado recién al terreno para disputar la parte baja de la sexta entrada cuando se escucharon varias detonaciones desde el lado izquierdo del recinto.

Los fanáticos que estaban sentados detrás del jardín izquierdo comenzaron a marcharse por la puerta del bosque central. Poco después, los espectadores que se encontraban por el lado de la inicial abandonaron sus asientos.

Algunos fanáticos se aglomeraron en la cueva de los Padres, del lado de la antesala, en busca de escudarse. Desde el interior del estadio se escuchaban las sirenas.

Ted Borenstein, de 26 años, acudió al juego con su novia, quien celebraba su cumpleaños, y con su mejor amigo. Dijo que los tres la estaban “pasando bien”, cuando oyeron dos detonaciones.

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