Los residentes del sector La Esperilla sienten alivio con la medida tomada por el nuevo alcalde del Distrito Nacional, David Collado, quien decidió suspender los conciertos en el anfiteatro Nuryn Sanlley y entregárselo al Conservatorio Nacional de Música, ubicado en el mismo lugar.
Como era de esperarse, la suspensión ha levantado pequeñas polémicas, pues personas que tienen negocios de contrataciones artísticas, al parecer ya tenían fechas para las actuaciones de sus clientes.
Por otro lado, los residentes de La Esperilla siempre se opusieron a los conciertos en el anfiteatro Nuryn Sanlley, alegando que los ruidos producidos siempre eran demasiado altos, produciendo contaminación acústica, exceso de sonido que altera las condiciones normales del ambiente, con efectos nocivos tanto fisiológicos como sicológicos. El ruido producido por la música alta de los espectáculos, el público y otras causas más daña la calidad de vida de los residentes de ese sector, pues la salud auditiva y física se deteriora, y puede llegar a producir daños a la memoria, ansiedad, agresividad, pérdida del sueño, e incluso una alteración drástica de la conducta humana.
Este anfiteatro fue construido por Roberto Salcedo en su afán por realizar acciones populistas, quizá pensando que esto le sumaría votos en las elecciones, pero calculó mal y, como decimos los dominicanos, “el billete se le peló”.
Durante los años, que fueron demasiados, que Salcedo estuvo al mando del Ayuntamiento del Distrito Nacional, siempre se destacó por tener un verbo y un accionar con perfiles demagogos, e incluso nos atrevemos a decir que muchos sectores de la capital se deterioraron en nombre de que los pobres tenían derecho a la diversión, en lo que estamos de acuerdo siempre y cuando las acciones a favor de los que menos tienen sean de corazón, no por políticas populistas, que en su esencia no sienten ni lo que dicen, ni tampoco lo que hacen, solo lo utilizan para beneficiar su imagen pública.
Aplaudimos que el anfiteatro Nuryn Sanlley esté en manos del Conservatorio Nacional de Música y de sus jóvenes estudiantes, para que puedan desarrollar conciertos y actividades musicales, siempre cumpliendo con la ley establecida anti ruidos.
El lugar puede ser utilizado para presentaciones diversas que no provoquen malestar en su entorno, que está lleno de viviendas familiares. No hay necesidad de llegar al extremo de desequilibrar el ambiente.
Como dijo Benito Juárez, “El respeto al derecho ajeno es la paz”.