Sutilezas de la economía

Sutilezas de la economía

El Gobierno ha puesto sus mejores esfuerzos en la dirección de recomponer el régimen tributario y en convertir en cada vez más eficientes los medios de recaudación.

Al éxito de esos esfuerzos hay que atribuir el hecho de que hayan mejorado sustanciamente las recaudaciones, no solo a merced de nuevos impuestos, sino en base a mejorar la eficiencia recaudadora.

Instrumentos como la Ley de Eficiencia Recaudadora y el Número de Comprobante Fiscal, entre otros, han posibilitado una reducción considerable de la evasión y que se hayan producido excedentes importantes. Un presupuesto complementario en manos del Congreso es resultante de esos excedentes.

Gracias a estas adecuaciones se ha logrado, por ejemplo, desmontar los tributos que se aplicaban a determinados trámites burocráticos necesarios para actividades comerciales o personales.

Inclusive, se ha logrado que el Gobierno renunciara al fuerte impuesto que había aplicado a los marbetes de derecho de circulación que se pagan por los vehículos de motor, lo que ha representado un gran alivio para un segmento importante de los contribuyentes.

En materia de eficiencia recaudadora, las direcciones generales de Impuestos Internos y Aduanas han ganado altos méritos y sus métodos podrían servir, inclusive, a otros países.

II

Con todo y estos logros que es de justicia reconocer, es necesario emplearse en un aspecto de la economía que tiene muchas sutilezas, pero que es escurridizo cuando se trata de tributación.

En este país ha tomado cuerpo una economía informal que mueve cantidades importantes de dinero, que genera rentas pero que, quizás sin proponérselo, tiene un alto índice de evasión.

La pérdida de competitividad de los salarios, entre otras cosas, han dado cuerpo a esa economía informal a la que están integrados dominicanos y extranjeros.

Hay que reconocer que no es lo mismo cobrarle impuestos a empresas organizadas y debidamente registrados, que no tienen facilidad para escapar de la mano recaudadora, que captar los tributos de una economía informal escurridiza y sigilosa.

Sin embargo, algo debe hacerse para lograr que la captación de tributos en la economía informal permita disminuir la presión tributaria que sen aplica a la economía formal, y que muchos consideran excesivamente alta en algunos aspectos.

Si ya se ha logrado desmontar impuestos por trámites y renunciar al aumento en los costos de los marbetes de placas, hay que pretender que nuevas mejoras en la eficiencia recaudadora permitan continuar aplicando desmontes que redunden en un  mejor desempeño de las personas y empresas tributantes.

La economía informal mueve capitales y ganancias que solo tributan a través de los impuestos selectivos al consumo y de naturaleza individual, sin que el Gobierno tenga mucho control sobre los montos de estas operaciones.

La eficiencia recaudadora puede permitir una mejor distribución de la presión tributaria, haciéndola menos lesiva para los intereses de las familias.

De alguna manera hay que lograr que esa eficiencia permita captar tributos importantes que escapan o se evaden en las sutilezas de la economía informal.

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