Sutter, Rice y Dawson podrían ser elegidos hoy a Cooperstown

Sutter, Rice y Dawson podrían ser elegidos hoy a Cooperstown

POR SEAN MCADAM
De ESPNDeportes.com
La razón por la que Whitey Herzog una vez llamó a Ryne Sandberg el mejor jugador que jamás hubiera visto no fue sólo porque Sandberg hubiera bateado dos jonrones en un juego, incluyendo uno en entrada extra para derrotar a los Cardenales, sino porque bateó esos jonrones contra Bruce Sutter.

Sutter era así de bueno, así de imbateable, así de venrado. Nunca nadie le había hecho a Sutter lo que Sandberg le hizo ese día, un día que Sandberg describió como el más importante de su carrera, el día que la comunidad de béisbol_y el mismo Sandberg_se dio cuenta cuan bueno podía ser. Tal aclamación jamás hubiera llegado de haber bateado esos jonrones contra cualquier relevista ordinario, sólo del brillante Sutter. Sandberg habló de la importancia de ese día durante su discurso de inducción al Salón de la Fama el verano pasado, y se preguntó porqué Sutter no se encontraba en Cooperstown. Debería estarlo. Sutter era el menor taponero de su era, uno de los mejores de todos los tiempos y pertenece en el Salón de la Fama.

Sutter salvó 300 juegos. Antes de que alguien diga que esté en el puesto número 19, tres menos que Doug Jones y 24 menos que Roberto Hernández, entendamos esto: Cuando Sutter se retiró tras la temporada de 1988, sólo dos lanzadores tenían más salvadas: El integrante del Salón de la Fama Rollie Fingers, con 341 y quien debería haber formado parte del Salón de la Fama, Goose Gossage, con 302. Sutter fue el primer lanzador de la Liga Nacional en alcanzar las 200 salvadas, y el primero en salvar 300, y se convirtió en el salvador de todos los tiempos de la Liga Nacional antes de cumplir los 30 años de edad. Durante los primeros nueve años de su carrera, Sutter salvó 260 juegos, un máximo en las ligas mayores, 52 más que Fingers, quien estaba segundo.

EL CASO RICE

Durante 11 años me resistí a votar a favor del ingreso de Jim Rice al Salón de la Fama. Esta vez, sin embargo, me decidí a corregir mi error. Mi apuesta fue – en realidad, mi deseo – conseguir el apoyo suficiente para que Rice finalmente llegue al lugar que merece en Cooperstown.

Ayuda que este año no haya favoritos. Sin estrellas de primer nivel por elegir, los votantes suelen examinar aquellos nombres que fueron quedando de lado a través de los años.

Más que ninguno, Rice parecía beneficiarse con este razonamiento. En una era en la que las estadísticas son el principal foco de atención, la productividad de Rice durante sus 16 temporadas de carrera le daba un punto extra a su favor.

Los números de Rice son muy buenos – 382 jonrones, 1,415 impulsadas – y lo mejor de todo, no hay dudas de que los consiguió sin ayuda. En un época en la que Mark McGwire, Sammy Sosa y Barry Bonds – los tres bateadores más productivos en esta década – han sido relacionados con el uso ilegal de sustancias, no hay dudas de la transparencia de Rice.

Cuando se habla de las estadísticas de Rice, simplemente hay una frase que puede describirlas: Son de verdad… y son espectaculares.

Obviamente, ahora que es normal conseguir 50 jonrones y con los bateadores no. 8 llegando a la decena en cuadrangulares cada año, las estadísticas de Rice parecen insignificantes en comparación. Después de todo, Rice nunca conectó más de 46 vuela cercas en una temporada y ni siquiera llegó a los 400 en su carrera, aunque en esa época, esa cifra merecía seria consideración para la membresía.

Durante 12 años -1975-86 -Rice lideró la Liga Americana en 12 categorías ofensivas diferentes, incluyendo jonrones (350), impulsadas (1,276), bases totales (3,670), porcentaje de slugging (.520), carreras (1,098) e imparables (2,145). En ese período, una temporada habitual de Rice incluía 29 cuadrangulares, 106 remolcadas, 91 carreras anotadas y un promedio superior al .300 por ciento.

Pero lo que eleva aun más la grandeza de Rice es el contexto. El bateador lideró la americana en virtualmente cada categoría ofensiva por más de una década. Y si le agregas los jugadores de la Liga Nacional, Rice sigue manteniendo su liderazgo en cinco categorías y se ubica segundo en otras tres.

SOBRE DAWSON

¿Cómo recuerdas a Andre Dawson?

La respuesta es sencilla para Dusty Baker.
«Nadie jugó más tiempo a base de garra y dos rodillas muy malas como el ‘El Halcón’», dijo Baker, el mánager de los Cachorros de Chicago. «Podría haber tenido mucho mejores estadísticas. Era un gran jugador».

Si Kirby Puckett está en el Salón de la Fama, si Tany Pérez también está allí, al igual que Gary Carter, Ryan Sandberg y Ozzie Smith, Dawson necesita estar allí también. Tiene la misma calidad que los otros cinco, a pesar de que es verdad que en algunos casos estamos comparando naranajas con manzanas, pero es subvaluado porque se convirtió en elegible en el 2002, el año siguiente al que Barry Bonds conectó 73 caudrangulares y Bret Bonne impulsó 141 carreras.

Es hora de que los votantes le otorguen una segunda mirada a Dawson y le otorguen el mismo amor que el le daba a los fanáticos, a sus compañeros de equipo y a los equipos que le pagaban. En una ocasión, hasta le dio un cheque en blanco a los Cachorros de Chicago para que dispusieran de sus servicios.

Pocos recuerdan a Dawson cuando entró a las Grandes Ligas con los Expos de Montreal, como un jardinero central de excesivo tamaño pero con la habilidad para ser el Novato del Año. Más, pero igualmente no muchos, lo recuerdan cuando estaba en su mejor momento en Montreal, una amenaza triple en el plato, en las bases y en el jardín derecho.

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