Taberna de la gallina

Taberna de la gallina

-La taberna es un ágora reservada donde se refugian soñadores y perezosos, inconformes auténticos, artistas reflexivos, pensadores marginales. En nuestra época existen “inconformistas” profesionales, esto es, vulgares exhibicionistas mediáticos; y también propagandistas pagados, algunos al servicio de grupos mafiosos. A la “Taberna de la gallina gorda” acude tanta gente interesante y valiosa que el gobierno paga espías para que vengan a beber aquí y los vigilen, escuchen sus conversaciones. Los comunistas están a punto de volver al poder en dos países vecinos. Los radicales de Praga esperan ayuda de fuera que les permita enfrentar a ciertos ciudadanos con poder de persuasión, credibilidad, prestigio público. No quieren que surjan lideres moderados.

-Me dijiste que al llegar oíste a un hombre censurar agriamente a los políticos. -Agriamente es decir poca cosa, si midiéramos por la pequeña porción que escuché. -Sin embargo, aquí se habla poco de política. Algunos espías terminan alcoholizándose sin poder hacer ninguna denuncia que justifique sus salarios; otros “se convierten” al credo de los espiados. Oírlos hablar una y otra vez les lleva a sentir simpatía y admiración por ellos. Sus jefes les dicen que entrarán en contacto con sujetos peligrosos. Luego los agentes comprueban que no es así, que son hombres comunes, individuos que hablan “boberías” sin interés para los funcionarios de la seguridad del Estado.

-Una joven estudiante de post-grado, a quien veo a menudo, me contó que un espía, cliente habitual en la taberna, le pidió que tradujera una frase en inglés que escribió un parroquiano en el borde del menú. El autor de la frase objeto de investigación era Heráclito de Efeso: “El alma es una chispa de la substancia estelar”. El soplón pensó que se trataba de un mensaje cifrado. La había escrito un químico; no tenía nada que ver con política.

-¿Y qué decía aquel que oíste hablar de política? -¡La ocupación principal de los políticos es matar a la gente! ¡Matan en las guerras, matan en las comisarías de policía, matan de hambre con devaluaciones monetarias, con los paros, encarecimientos, abusos, trampas o arreglos injustos entre grupos de poder! El tipo que hablaba tenía la cara roja; se veía que había bebido mucho. (Ubres de novelastra; 2008).

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