Tahira Vargas
Las desigualdades se ahondan en el país 

<STRONG>Tahira Vargas</STRONG> <BR>Las desigualdades se ahondan en el país 

La conocida antropóloga e investigadora atribuyó el hecho a la ausencia de políticas sociales, a las desigualdades y al hecho de que los gobernantes se han ocupado más de mantenerse en el poder y de los votos. Critica que los gobiernos concentren las inversiones en determinadas zonas del país, sin tomar en cuenta la concentración de la población. 

A Tahira Vargas, antropóloga social, le duele un poco desnudar, de manera cruda, abierta, sin cortapisa, la explosión de males sociales sincronizados a la que la sociedad dominicana sigue expuesta: pobreza, marginalidad, bajos niveles de educación, desempleo, delincuencia, violencia, corrupción gubernamental…

No es una visión pesimista

Tahira analiza realidades, las causas y efectos de esa brecha social que se ensancha cada vez, de políticas erráticas que han aplicado los gobernantes de turno, que prefieren el clientelismo político a la solución de los graves problemas que afectan a esta nación.

“Yo creo que la sociedad dominicana hace mucho tiempo ha estado viviendo en unas condiciones de pobreza que se han ido agudizando por la falta de  una intervención directa en la problemática de la pobreza. Hoy estamos viviendo en unos niveles de pobreza extrema, muy altos, incluso, por esta pobreza general que está rayando en un 35 por ciento, y la pobreza extrema, en un 15 por ciento”.

Vargas, con 19 años de experiencia en investigaciones sociales, asegura que esa pobreza inexorable que arropa a la mayoría de dominicanos genera, a su vez, otros problemas más serios,  tales como el hambre, la desnutrición crónica que afecta el desarrollo de niños y niñas, marginalidad y exclusión social.

“La pobreza que vive el país es provocada por las desigualdades, por la desigual distribución de la riqueza a nivel nacional, por una ausencia de políticas sociales efectivas, de una inversión social focalizada hacia los grupos más vulnerables, por falta de fuentes de empleos”, sustenta.

Critica que los gobiernos concentren las inversiones en determinadas zonas del país, sin una visión territorial clara de la problemática de la pobreza, sin tomar en cuenta la concentración de la población. Esto explicaría por qué hay regiones más desarrolladas que otras.

“Nuestros gobernantes se han preocupado más por los votos y por mantenerse en el poder, y han visto a la población a nivel territorial de  manera desigual, sin entender que las políticas sociales y  económicas tienen que desarrollarse de manera equitativa para no seguir provocando más migración”.

Por supuesto, la pobreza empuja a la gente a emigrar a las ciudades. Es una de las razones por las que cada día es  mayor la concentración de gente viviendo en las zonas de riesgo, en viviendas vulnerables, a orillas de los ríos, cañadas y barrancos.  Esto genera problemas de saneamiento y de distribución urbana.

Educación

Tahira Vargas considera que el problema de la  pobreza se agrega al de la educación y asegura que la República Dominicana “está en los límites más bajos de  los niveles educativos de toda América Latina. Creo que solo Honduras y El Salvador están más bajos que nosotros”.

“Creo que nosotros tenemos una educación cada vez con más baja calidad. Tenemos una oferta educativa con problemas serios de cobertura.  Ha habido una focalización en la educación básica y se ha descuidado la educación media. Con esa baja cobertura educativa que tiene la educación media, de menos de un 40 por ciento, lo que  tenemos es una enorme población joven fuera de las escuelas, es decir, una alta deserción escolar”.

La amarga realidad de la educación dominicana es que jóvenes se quedan fuera de las escuelas por los problemas de cobertura que existen. La secretaría de Educación no tiene respuesta.  No hay suficientes aulas para la población demandante. El déficit es de unas 15,000 aulas, según un reciente informe sobre desarrollo humano.

“Pero también hay un problema serio en el sistema educativo tradicional  que tenemos, y es que  a pesar de que tenemos un nuevo curriculum, no se está ejecutando, no se está aplicando y los centros educativos se están manejando con la población juvenil con esquemas muy rígidos y muy autoritarios, agravando aún más la deserción escolar”.

La antropóloga social se refiere a que en muchas escuelas expulsan a jóvenes por problemas de tatuajes, de aretes, piercings, colitas, trenzas o recortadas “calientes” u otras “modas”. Esta situación, según plantea, podría degenerar en problemas de delincuencia.

“El problema de la baja calidad de la educación  también está generando una población analfabeta, una población que se está yendo de las aulas sin el más mínimo desarrollo de las destrezas y las capacidades suficientes para poder insertarse en el mercado laboral”.

Se refiere al grave problema de la  lectoescritura y afirma que en sus investigaciones en escuelas de distintas comunidades urbanas y rurales ha observado que estudiantes  llegan al quinto curso “sin saber leer ni escribir. Eso se está agudizando”.

Enfoca la problemática de la desigualdad de horas de clases en el sector público y el privado. “Eso está provocando que las brechas sociales sean más agudas. Tenemos una clase pobre que tiene unos niveles educativos muy bajos y una clase media alta con niveles educativos muy altos. Los niveles de desigualdad son demasiado grande”.

Concluye, en este aspecto, con la siguiente reflexión: “Esto afecta lo que debe ser una política de desarrollo del país. No podemos desarrollarnos cuando la masa de la población no tiene educación, cuando no tiene un nivel educativo para desarrollarse”.

Violencia

Le preocupa la violencia, a todos los niveles, desde la que se crea en una relación mal entendida entre padres e hijos, la criminalidad, asaltos, robos, feminicidios, hasta la que ejercen los gobiernos contra los ciudadanos.

Vargas enfatiza la violencia proveniente de los cuerpos represivos del Estado y asegura que, en el caso de la Policía Nacional, se está afectando como modelaje social a toda la sociedad, porque se quiere dar a entender que a las personas que delinquen o actúan mal hay que pegarles o asesinarlas.

“El uso de los intercambios de disparos que usa la Policía como un método para disminuir la delincuencia, lo único que hace es agudizar la violencia social, porque la gente está aprendiendo que la justicia se toma a través de la violencia y no por los procesos democráticos, como debe ser”.

La respuesta de la Policía contra la delincuencia que azota al país “es un alerta a la sociedad dominicana”, según Tahira Vargas. Cita el caso de linchamientos de supuestos o reales delincuentes. “Es otro ejercicio de violencia y de violación a los derechos de las personas, de difícil control, o sea, cuando tienes una situación de linchamiento y eso se va propagando, a la larga afecta hasta la gobernabilidad. Lo más difícil es controlar una masa agresiva y violenta”.

Corrupción

Una de las preocupaciones de Tahira Vargas es la corrupción, el enriquecimiento ilícito en la administración pública. Dice que no hay transparencia en el manejo del gobierno.

“La corrupción en el gobierno es cada vez más grave”, enfatiza. Lamenta que “aquí no se cancela a ningún funcionario por casos de corrupción. Vimos los escándalos que se armaron con los expedientes de Alejandrina Germán, de Felucho Jiménez,  de Víctor Rúa, el de la OTTT. ¿Quitaron a esas personas? No los quitaron. Nadie quita a nadie. Aquí puede ocurrir toda la corrupción del mundo y no pasa nada”.

El protagonista

Tahira Vargas

Antropóloca social

Catedrática universitaria y consultora.

Es Antropóloga Social  con doctorado en Antropología Social y Desarrollo Actuales de la UNED, Madrid y profesora especializada en Educación Musical de la Universidad de Chile y el Instituto Interamericano de Educación Musical.

Vargas es investigadora con 19 años de experiencia en investigaciones sociales y evaluaciones de proyectos y programas relacionados con los sectores sociales y vulnerables sobre temas de pobreza, marginalidad social, movimientos sociales, género, violencia, redes sociales, cultura juvenil, migración, remesas, educación, salud sexual y reproductiva, delincuencia juvenil, cultura barrial, familia y parentesco.

Es especializada en estudios etnográficos y en el uso del enfoque cualitativo de investigación social y evaluación. Ha coordinado 65 estudios de investigación.   También ha impartido docencia y asesoría en las principales universidades del país. Ha realizado numerosas publicaciones sobre jóvenes, delincuencia y drogas.

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