Taipei y China Continental

<p>Taipei y China Continental</p>

FRANCISCO ALVAREZ CASTELLANOS
La noticia publicada en HOY el recién pasado lunes cinco de febrero, sobre el comercio dominicano con la República Popular China (China Continental), repercutió hondamente en mi cerebro.

Según esa información, los negocios con la potencia asiática y el nuestro alcanzaron los 500 millones de dólares durante el 2006. Y los chinos esperan que ese comercio siga en aumento en el futuro inmediato.

A mi juicio, China es una nación con rígido gobierno comunista, pero con amplísimos negocios capitalistas. Ese hecho, incongruente para muchos, es sumamente sencillo para mí. Y es sencillo por la simple razón de que la política interna de China es comunista y los chinos, como en todo país comunista, tienen que ajustarse a reglas antidemocráticas, en lo que a política se refiere.

Más, en lo que concierne a los negocios con el exterior, es el principal país capitalista del mundo. Yo estimo que hoy por hoy Estados Unidos, con la multitud de problemas que su política le ha acarreado, ya no es la primera potencia del mundo. Ese sitial le corresponde a China Continental sin discusión de ninguna índole.

Y es aquí donde el asunto me ha tocado directamente.

La República Dominicana tiene relaciones diplomáticas con Taiwán, una isla que cuando la revolución comunista triunfó en China Continental, sirvió de refugio al general Chang Kai- Shek, quien fundó la república democrática de Taiwán, hace más de medio siglo.

Taiwán, una isla pequeña pero que sus habitantes han hecho tecnológicamente grande, ha ayudado en gran manera a la República Dominicana. Hace decenas de años llegó al país un técnico taiwanés que se dedicó en cuerpo y alma al desarrollo de un nuevo tipo de arroz, más productivo que el que producíamos en esos momentos.

El técnico logró su objetivo y los dominicanos empezamos a comer un mejor arroz sin que por eso sufriera inflación nuestro presupuesto doméstico.

El técnico no se sintió totalmente satisfecho con lo logrado y se quedó en nuestro país trabajando.. y produciendo cada vez un mejor arroz. De hecho, el técnico taiwanés se quedó a vivir en el país.

Además de eso, sostenemos relaciones diplomáticas con Taiwán, magníficas relaciones y, mediante las mismas, los dominicanos  recibimos una ayuda invaluable, que no puede compararse con la que nosotros ofrecemos a Taiwán, a menos que no sea el asunto de las relaciones diplomáticas. Hace poco Taiwán construyó un magnífico hospital en Azua, dotado de un equipo de punta que posiblemente no se encuentre en ninguna otra parte en el país, salvo en la Plaza de la Salud (CEDIMAT).

A pesar de ser un país ya con historia propia, progresista en todos los órdenes, pende sobre él la amenaza de China Continental, que insiste en reclamar la isla como una provincia suya. 

Hubo hace varios años un intento para que Taiwán volviera a ser una provincia de ultramar de China Continental. Los aprestos militares que se hicieron en el inmenso país asiático obligaron a que los Estados Unidos destacara en el canal que separa ambas naciones su Octava Flota. El efecto disuasivo que tuvo esta acción paró en seco las intenciones guerreristas chinas.

Sin embargo, la China de hace 50 años no es la misma de hoy. En ese lapso, China se ha convertido (según mi juicio personal) en la primera potencia del mundo. En lo político, como ya dije más arriba, los chinos son regidos por un fuerte régimen comunista. Pero en lo económico e industrial, son capitalistas hasta el tuétano. Y han logrado, mediante esa dualidad política-industrial, un éxito asombroso. Y agreguen a eso el hecho de que, como potencia nuclear, comparte el primer lugar con otros países.

Las exportaciones chinas al país incluyen prácticamente de todo, desde electrodomésticos, vestidos, zapatos, artículos ferreteros y para la construcción, hasta automóviles, motocicletas y, ¡ oigan esto !, hasta comestibles.

Todas esas cosas, y más, procedían anteriormente de Estados Unidos, país con el que seguimos manteniendo negocios lucrativos, pero ahora con la competencia de China, si importar que los primeros estén a tres horas de distancia y los segundos a varios días (en barco) y a muchas horas en avión.

Desde el punto de vista estrictamente comercial, China debe interesar más a los dominicanos que Taiwán. Pero hay algo más que debemos tener en cuenta: los negocios que son amplios y seguros, y el agradecimiento que le debemos a Taiwán, país al que casi ningún organismo internacional tiene en cuenta, a pesar del derecho que tiene a ello.

Es posible que llegue el momento de tomar decisiones. Y la mejor de todas es establecer relaciones diplomáticas y consulares con China Continental, pero manteniendo las que tenemos desde hace decenios con Taiwán, las que nos han favorecido grandemente.

El gobierno que le toque tomar una decisión al respecto, tendrá que sopesar los pro y los contra de la misma. En lo que a mí respecta, y en mi condición de “canciller medalaganario”, propongo que sigamos con Taiwán…estableciendo relaciones diplomáticas con China, si es que este país acepta tal situación.

Y ojalá sea así.

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