Taller internacional sobre accidentes de consumo

Taller internacional sobre accidentes de consumo

El Instituto Nacional de Protección de los Derechos del Consumidor, conocido con las siglas de PRO CONSUMIDOR es una entidad gubernamental dirigida por la doctora Altagracia Paulino. Esta encomiable dama es hoy por hoy un paradigma de líder entregada en cuerpo y alma, a la hermosa tarea de velar por la defensa de todos y cada uno de nosotros, puesto que al fin y al cabo todos consumimos e intercambiamos bienes y servicios.

Los días 5,6 y 7 de agosto de 2015 se celebró en un hotel de Santo Domingo el primer taller internacional sobre accidentes de consumo. Tuve el honor de participar en la inauguración del evento en representación del Ministerio de Salud Pública. Allí se dieron cita delegados de una veintena de países caribeños y latinoamericanos con la finalidad de recolectar información acerca de los daños a la salud que resultan del uso de productos peligrosos o inseguros. Dicho evento estuvo bajo los auspicios de la Organización Mundial de la Salud, Organización Panamericana de la Salud, Organización de los Estados Americanos, Ministerio de Salud Pública, Red de Consumo Seguro y Salud, Administradora de Riesgos Laborales; todas ellas coordinadas por PRO CONSUMIDOR.

Me llamó poderosa y agradablemente la atención el notable predominio de mujeres en el evento, ello sin menoscabo de los hombres que le acompañamos. Aproveché la ocasión para relatar una anécdota de algo acontecido hace un par de décadas. Inconforme con lo que interpretaba como gasto excesivo quincenal en que incurría la esposa solicite la franquicia para ir al supermercado a realizar la compra. Ella accedió gustosa permitiendo sabiamente que el marido cayera en su propia trampa. Llené dos carritos de mercancías y muy ufanado llegué al hogar. Le mostré la carga conjuntamente con el largo recibo de la cajera. Con mucha tranquilidad fue descargando las mercancías y haciendo algunos señalamientos que iban apagándome la euforia inicial. Decía: compraste demasiado de tal artículo y de pobre calidad, por lo que en unos días se habrá descompuesto. Faltó incluir este otro que es indispensable para la limpieza; en cambio has comprado unos que acá no utilizamos. En fin, aquello fue un verdadero desastre. Gasté más de lo debido y traje menos de lo necesario. Ella tuvo que volver de compras y este servidor se vio obligado a buscar más recursos monetarios para remediar la situación. Fue así como aprendí lo sabia de aquella antigua expresión que reza: ¡Zapatero a tu zapato! Jamás he vuelto a hacer compras caseras.
Admiro lo intuitivo de las mujeres para distinguir lo útil de lo inútil, lo peligroso de lo inofensivo, lo provechoso de lo dañino y lo sano de lo enfermo. En buenas manos reposa la defensa de los derechos de los consumidores, toca a los hombres apoyar con todos los bríos las iniciativas en pro de reducir los riesgos de accidentes por el consumo de productos que van desde el agua, la electricidad, el gas de cocina, comestibles, materiales de limpieza, ropas, electrodomésticos, juguetes, medicamentos y un gran etcétera. ¡ Adelante Altagracia Paulino, vuestra lucha por los derechos de los consumidores es la lucha por la vida, el don más preciado que tenemos los humanos!

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