Tampa Devil Rays, con pocas posibilidades para clasificar

Tampa Devil Rays, con pocas posibilidades para clasificar

NUEVA YORK.- Lou Piniella es un hombre de palabra. Como lo pronosticó, sus Devil Rays salieron del oscuro sótano por primera vez en su historia de siete años.

Pero este año el temperamental piloto de Tampa Bay no se ha atrevido hacer promesas de ese tipo. Piniella sabe que tiene un equipo repleto de peloteros que apenas están despuntando, y que la presión puede ser el peor enemigo.

«No quiero hacer más vaticinios. Saldremos a hacer lo mejor posible»», afirma. «El objetivo es mejorar lo que hicimos el año pasado»».

Las 70 victorias que se anotaron los Devil Rays representaron la cosecha más alta en la historia de la franquicia, suficientes para quedar cuartos en el Este de la Liga Americana y superar por tres juegos a los Azulejos de Toronto.

Piniella tiene claro que todavía falta un trecho muy largo por recorrer, sobre todo en una división en la que reinan dos titanes: los Medias Rojas de Boston y los Yanquis de Nueva York.

Se trata de dos franquicias con luminarias por doquier y arcas infinitas en fondos, mientras que el presupuesto de Tampa Bay es el más pobre de las mayores, unos 30 millones de dólares.

También hay que mejorar en otros renglones, particularmente en la ofensiva. El promedio colectivo (.258) fue el más flojo en el circuito y quedaron penúltimos en carreras anotadas.

Para complicar el panorama, al menos en los primeros dos meses, los Devil Rays echarán de menos al jardinero central Rocco Baldelli, quizás su mejor pelotero, mientras se recupera de una operación en la rodilla.

La rotación, si bien con algunos prospectos bien cotizados como el zurdo Scott Kazmir, aún no ha pasado el examen definitivo.

Dicho eso, Tampa es un equipo con un prometedor futuro a juzgar por la irrupción de talentos como el guardabosques izquierdo Carl Crawford y el patrullero derecho Aubrey Huff.

Al no tener los recursos financieros para fichar lanzadores y bateadores de primera línea, el equipo ha optado por atraer jugadores que tratan de resurgir y con precios moderados en sus pretensiones salariales.

Tal es el caso del intermedista puertorriqueño Roberto Alomar, a quien le faltan 276 hits para llegar a los 3.000, el jardinero dominicano Danny Bautista y el antesalista de origen cubano Alex González.

Los Devil Rays también lograron fichar a un par de veteranos pitchers en el japonés Hideo Nomo y Denny Neagle, para ver si pueden ganarse una plaza en la rotación abridora.

Sin embargo, la prioridad es darle todas las oportunidades posibles a los brazos juveniles de Kazmir (2-3 en ocho salidas), Mark Hendrickson (10-15), Dewon Brazelton (6-8), Doug Waechter (5-7) y Rob Bell (8-8).

Un punto sólido es el bullpen que tiene en el cubano Danys Baéz (30 rescates en 33 oportunidades y 3.57 de efectividad), un certificado de garantía, junto al relevista corto dominicano Jesús Colomé (3.27).

En el ataque, Crawford representó el equipo en el Juego de Estrellas en una campaña en la que bateó para .296 y por segundo año seguido encabezó la liga en bases robadas (59).

Huff sonó para .297 con 29 cuadrangulares y 104 remolcadas, en tanto que Baldelli redondeó un .280 con 16 vuelacercas y 74 impulsadas.

Para remediar la ausencia inicial de Baldelli en los jardines, Piniella trasladaría a Crawford al central, a Huff lo colocaría en el derecho e insertaría a Bautista (.286, 11, 65 con Arizona) en el izquierdo.

Tras 17 campañas en las mayores, incluyendo dos títulos de Serie Mundial y diez Guantes de Oro, Alomar ya ve el final de una ilustre carrera que lo tiene a las puertas del Salón de la Fama. Alcanzar el hito de los 3.000 hits virtualmente sellaría sus credenciales como un futuro inmortal en Cooperstown.

Por culpa de las lesiones, la producción de Alomar ha decaído notablemente los últimos años. De un .336 con Cleveland en el 2001, su promedio más alto no ha pasado de los .266.

Pero su sapiencia es fundamental en la parte media del cuadro interior en la que los Devil Rays buscan promover al intermedista mexicano Jorge Cantú (.301 en 50 juegos) y el campocorto B.J. Upton (.258 en 45).

Tras dar vueltas por tres equipos distintos, González deja la función de torpedero y ahora resguardará la esquina caliente. También estrenan un inicialista en Travis Lee, quien por una lesión el hombro izquierdo sólo actuó en siete partidos con los Yanquis.

El bateador designado Josh Phelps (.251, 17, 61 con Toronto) y el receptor Toby Hall (.255, 8, 60) completan la formación titular.

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