¿Tan mal está?

¿Tan mal está?

FRANCISCO ALVAREZ CASTELLANOS 
Se cuentan por miles, cientos de miles, las personas que ahorrando todos los meses han logrado reunir cierta cantidad de dinero, más o menos importante, para llegados a los últimos años de su vida vivir de los intereses que les devenga el dinero ahorrado. Para eso hay que ahorrar en bancos, no debajo del colchón. Al principio todo iba bien. Conozco una señora cuyo padre al morir le dejó a cada uno de sus hijos millón y medio de pesos.

La señora en cuestión depositó su millón y medio en un banco durante un año, recibiendo un interés mensual de un 26 por ciento.

Luego bajó a un 18 y medio por ciento pero héte aquí que este mes, sin que fuera informada del asunto, el interés le fue bajado a un once por ciento. Recibió poco mas de once mil pesos por su millón y medio, dinero que no le da para enfrentar sus necesidades.

En el banco le dijeron que leyera la parte de atrás del contrato, donde en letras sumamente pequeñas se advertía al depositante que su dinero no podía ser sacado hasta que se venciera dicho contrato.

Y yo me pregunto: ¿Tal mal está la economía del país que los bancos rebajan los intereses de los capitales de sus depositantes cuando así lo consideran conveniente? Y de los bancos, ¿qué decir? Los que se consideran maltratados lo pensarán muy bien cuando se venza el contrato que los mantiene atados a un banco que no explica la razón por la que rebaja los intereses de sus depositantes a largo plazo.

Viendo el asunto desde una óptica puramente personal, esto es, poniéndome en el lugar de esos depositantes que posiblemente están viviendo los últimos años de su vida, no puedo dejar de indignarme. Y de mala manera. ¿Qué está pasando en los bancos que no informan a sus depositantes de las causas que producen las bajas en los intereses?

¿O es que los depositantes no tienen quien los defienda ? En cualquier momento podría aparecer por ahí un «Chapulín Colorado» que ponga muchas cosas en claro. Yo sé de un alto funcionario de un banco que devenga la «bicoca» de RD$250,000.00 al mes. Los intereses de los depositantes bajan, pero el salario de ese funcionario y, por lo tanto, de muchísimos más, queda incólume. Es más, en vez de bajar, posiblemente suban.

Es hora pues de que, «o jugamos todos, o se rompe la baraja», como dijera en una ocasión Juan Bosch. Algo tiene que hacerse en favor de los depositantes de cuentas de ahorros, o al final serán muchos los que perderán la fe y se irán «con su música a otra parte».

Y otros, para no perder lo poco que tienen, se «engancharán» a un trabajo pecaminoso en extremo: el de prestamista al 20 semanal. Hay que tener el alma «contaminada», no creer en Dios, no importarle el dolor ajeno, para ejercer dicho «oficio» que, dicho sea de paso, deja excelentes, magníficos beneficios. De hecho, sé de varios que están en el «asunto» y les está yendo de maravilla.

El gobierno, la Junta Monetaria y la institución que sea, debe investigar y hacer saber qué diablos está pasando con los intereses de los depositantes bancarios. Porque de lo contrario, este infeliz país seguirá sin tener un porvenir seguro.

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