LA ROMANA.- El sonido de las botas en la madera delataba cansancio. Les parecía interminable los tres peldaños que los separaba de la terraza. Por eso, cuando al fin llegaban hasta las sillas, se derrumbaban sin reparo a disfrutar de la vista tan impresionante como relajadora: un sol escarlata desapareciendo en el horizonte, rodeado de nubes naranjas.

Allí, los participantes del torneo de polo –todos dueños de villas de Casa de Campo-, tras haber jugado durante horas, se dejaron envolver por el ambiente natural y “ligeramente aromatizado” por la hierba fresca y los excrementos de caballo que regaló el “polo bar”, lugar donde se desarrolló el coctel ofrecido por los representantes del club de polo.

Los anfitriones de la actividad, Enrico Canovio, director del Centro Ecuestre y Esteban Scott, director de Polo, no daban la bienvenida, pues ya se habían visto con los invitados minutos antes en el campo de juego. Eso facilitó la actitud simpática y de confianza que prevaleció durante toda la tarde.

Ambos representantes calificaron de exitoso el torneo y exhortaron a los dueños de propiedades del complejo a seguir involucrándose en las actividades deportivas y recreativas que los integran cada vez más.

Así, entre bromas y anécdotas relacionadas a la experiencia vivida horas antes, terminó el encuentro en el que se ofrecieron una serie de bocadillos fríos y un bufé compuesto por, deditos de pescado, longaniza horneada, filete de res y panecillos.