Tarea de todos

<p>Tarea de todos</p>

Para que haya una verdadera garantía de la seguridad ciudadana es necesario el esfuerzo de todos los sectores de la sociedad. Esa garantía no es función de simple policía, como tampoco la delincuencia puede contraerse a la mera violación de las leyes.

En ninguna parte del mundo la Policía, como instrumento represivo de la sociedad, puede desarrollar por sí sola la tarea de preservar la seguridad ciudadana. En ninguna parte la represión pura y simple ha curado a la sociedad del cáncer de la delincuencia.

Si algo tienen en común policías y delincuentes es que son hijos de una misma sociedad e interactúan en los mismos espacios, unos al margen de la ley y otros esforzándose por hacerla cumplir. La formación familiar y las oportunidades trazan el camino a seguir por cada uno.

– II –

Las reflexiones anteriores vienen a cuento a propósito del llamado que ha hecho el jefe de la Policía Nacional, mayor general Bernardo Santana Páez, para que los diversos sectores de la sociedad ayuden a combatir la criminalidad, la delincuencia.

Frecuentemente se habla de lo que no hace la Policía en determinado momento, en materia de seguridad ciudadana, pero muy poco se dice de lo que no hacen los miembros de la sociedad para contribuir a que ese organismo pueda hacer su tarea.

Mucha gente teme delatar al delincuente, previendo represalias, y ese silencio, en vez de garantizar seguridad ciudadana, apuntala la impunidad y alimenta la reincidencia. Equivale a una complicidad para desdicha del que la ejerce.

– III–

En los últimos tiempos ha habido casos de linchamiento, muy preocupantes por cierto. En vez de cooperar con la autoridad represiva competente, en este caso la Policía, se prefiere alimentar el deseo de hacer justicia por manos propias.

Este proceder, por doquiera que se analice, no hace más que empeorar las cosas y fomentar nuevas modalidades de criminalidad. Su peor efecto es que desdice de los medios institucionales para castigar el delito y los suplanta por vías de hecho que siempre han de ser tan criminosas como las que se pretende castigar.

La seguridad ciudadana, repetimos, no es asunto de simple Policía, pero mucho menos lo es de justicia al estilo Fuenteovejuna. Siempre será más provechoso contar con los medios institucionales.

– IV –

De ahí que debamos tomar muy en serio la solicitud que ha hecho el mayor general Santana Páez, cuya jefatura ha sido una de las más esforzadas en el combate de la delincuencia y en mantener una permanente profilaxis en la Policía, precisamente atendiendo las quejas ciudadanas sobre inconductas de agentes de ese cuerpo.

La gente debe asumir un papel activo en la preservación de la seguridad ciudadana, sin que esto signifique en modo alguno involucrarse en el castigo de delincuentes presuntos o reales.

Una actitud de cooperación hacia la Policía no sólo ayuda a preservar los intereses más sanos de la sociedad, sino que compromete a ese organismo a tratar de ser más eficiente en su trabajo. La seguridad ciudadana es una prerrogativa de todos, pero también un compromiso colectivo.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas