Tarea para el Gobierno haitiano

Tarea para el Gobierno haitiano

Una de las vertientes de nuestro intercambio comercial con Haití es el constante y abundante flujo de vehículos de carga que transportan mercancías desde aquí hacia territorio haitiano. Sin embargo, de un tiempo a esta parte se han incrementado los casos de  secuestro y muerte en asaltos a mano armada cometidos por bandas haitianas contra transportistas dominicanos en territorio haitiano. La inseguridad es tal, que los conductores dominicanos se han declarado en huelga por tiempo indefinido, para reclamar que las autoridades haitianas tomen cartas en el asunto para que cese este tipo de hostilidad que ha causado grandes pérdidas.

El Gobierno dominicano ha debido darle carácter a estos acontecimientos y plantear quejas formales ante el Gobierno haitiano. Conductores dominicanos han testimoniado que las autoridades policiales haitianas no persiguen a los asaltantes y uno que otro ha expresado la sospecha de que hay contubernio   entre unos y otros. Los dos países están en el deber de remover cualquier traba que afecte el vigoroso intercambio comercial bilateral, pero una vez que nuestros camiones cruzan la frontera y se adentran en Haití, es a las autoridades haitianas a las que corresponde facilitar protección. Los corredores frecuentados por los camiones deberían estar mejor vigilados, a modo de prevención para facilitar un  intercambio que sin duda es beneficioso para ambos países.

Triunfo de la ley sobre la vileza

La muerte de uno y captura de otro de los dos hermanos chechenos sospechosos de detonar las bombas que mataron a tres personas e hirieron a decenas en Boston, en el desarrollo de la tradicional maratón, es una muestra de la determinación de un país como Estados Unidos de no escatimar esfuerzos para aniquilar el terrorismo. Esa determinación justifica el amplio operativo de 22 horas y la abundancia de recursos desplegados para lograrlo. El mensaje es elocuente.

Sin embargo, quedan por despejar incógnitas  importantes, como sería determinar si se trata de una acción aislada o si corresponde a un plan a gran escala, eventualmente liderado por alguno de los grupos hostiles a los Estados Unidos. Esa incógnita, sin duda, hará extremar las medidas de vigilancia y prevención y moldeará el accionar de una sociedad que no ha salido del estupor causado por el atentado de Boston.

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