Tareas domésticas son para todos

Tareas domésticas son para todos

EFE – REPORTAJES. Cocinar, planchar, limpiar el hogar o cuidar de los niños son tareas domésticas que hay que afrontar cada día, aunque la responsabilidad suele caer casi siempre en la cabeza de familia o en la empleada de turno. Los jóvenes de uno y otro sexo y los señores de la casa, principalmente, suelen inhibirse de estas labores aunque las circunstancias y la crisis económica están cambiando el panorama y los roles.

Aprender a valorar lo que tenemos y a saber desenvolverse en la vida, y más aún en estos tiempos de crisis económica, son asuntos que preocupan cada vez más. Los jóvenes de nuestros días, en muchos casos hijos de la abundancia  y acostumbrados a la falta de límites, no manifiestan interés por la independencia pues les resulta más cómodo y económico permanecer en el hogar familiar que iniciar la aventura de la vida autónoma.  

De otra parte, la inercia machista determinó que las tareas domésticas son patrimonio exclusivo de las mujeres, un concepto que ha variado de forma ostentosa, sobre todos en los países industrializados donde las féminas han accedido al mercado laboral. Llegó el momento de repartir las tareas a partes iguales y también de aprender los pequeños secretos del hogar, pues los roles han cambiado. 

Una universidad española, de Elche (Alicante, este), imparte desde hace tres años un “Curso básico de supervivencia universitaria”, un proyecto  con el que se pretende enseñar a los estudiantes unos sencillos trucos para que puedan valerse por sí mismos. Preparar un guiso de carne, planchar una camisa o reparar un enchufe son algunas de las lecciones que se imparten en este taller. Durante el aprendizaje en la cocina, los estudiantes prepararon un menú compuesto por ensalada de pasta, espaguetis a la carbonara, arroz a la cubana, merluza con crujiente de jamón y queso, lomo a la flamenca y tejas de almendra.

Tiempo de cocción

Los cocineros enseñaron a los despistados alumnos cosas tan elementales como saber cortar los ingredientes, el tiempo de cocción de la pasta o qué productos combinan mejor con otros. 

Una de las universitarias, Laura Rodríguez, explicó que comparte vivienda alquilada con otros estudiantes y que, al no saber cocinar, suele comer “a base de bocadillos”, por lo que aprovechó el curso para tratar de preparar, al menos, “alguna receta fácil y ligera”.

Y tras apagar los fogones tocó encender la plancha. Cómo poner la lavadora y la secadora, y  no mezclar los colores.

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