Tareas pendientes

Tareas pendientes

Temprano o tarde quiebra el que gasta más de lo que tiene, el que presta decide el momento, cuando sus cuartos y los intereses están en peligro. El gobierno cayó en la trampa del déficit fiscal en 2008 y no ha podido salirse, debe demasiado. No ha tenido problemas para conseguir préstamos, a nivel mundial ha sobrado dinero por la política monetaria laxa de los principales bancos centrales.
Para liberarse debe aplicar un programa “de reformas estructurales”, aunque suena bonito no es otra cosa que la terapia del drogadicto para que se aleje del vicio. Algunas políticas, que saldrán de los Pactos Eléctrico y Fiscal, no serán del agrado de todos, para que tengan utilidad tienen que ser amigables con el mercado, por lo que es necesario consensuarlas con el sector privado y la oposición política.
Deberá prevalecer el principio de la equidad, igual ingreso igual tributación, y revisar el gasto tributario, que aumenta cada año sin conocerse los números que hablen del valor de lo aportado como contrapartida, que justifiquen los mil doscientos cincuenta seis millones de pesos de sacrificio fiscal acumulado en el periodo 2008-2016.
En 1963 el Profesor Juan Bosch estableció precio tope a la exportación de azúcar ($5.85 las cien libras) y mieles ($0.1285 el galón). Implicaba un impuesto de porcentaje desconocido, equivalente al exceso de precio de los productos, lo que fue rechazado por la industria azucarera privada, aunque se dijera que los recursos tendrían como destino mejorar las condiciones de vida del cortador de la caña en los bateyes de los ingenios, además de construir hospitales y acueductos.
Hemos tenido reformas de amplio respaldo. En los ochenta se desbalanceó el presupuesto público, con déficits de 5.7% del PIB en 1987. Era la práctica en América Latina, había países con déficit entre 10% y 17% del PIB, fue lo que generó la crisis de pago de la deuda en la que también nos vimos envueltos. De 1980 a 1988 la deuda externa dominicana aumentó 119%, de US$1,660 millones a US$3,630 millones, y los intereses en 64%, de US$174 millones a US$285 millones, respectivamente.
Cuando se apretó la soga y comenzó a ahorcar a los que gobernaban en 1990, la deuda externa había aumentado a US$4,500 millones y a US$207 millones los intereses, se aplicó un programa económico con reformas estructurales y medidas compensatorias. Por los resultados se reconoce como el más eficiente, hizo sostenible las cuentas fiscales, en poco tiempo redujo la deuda externa en 21% y en 25% los intereses, además de promover el crecimiento.
En los últimos nueve años (2008-2016) se ha acumulado un déficit fiscal de US$13,750 millones, aumentando en US$13,682.2 millones la deuda del sector público no financiero. El lector curioso comprobará que los números cuadran, el déficit fiscal promedió anualmente US$1,528 millones y US$1,520 millones los préstamos netos.
Dinámica que debe romper Danilo a partir de mañana, la política de gastar más de lo que tiene y tomar prestado para cuadrar. Termino este artículo recordando el temor del FMI: los aumentos que vienen del petróleo y los intereses, repitan la crisis de deuda de los ochenta, pagando los países muy endeudados el mayor costo en términos de ajustes.

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