Tarrazo, zapatos con historia

Tarrazo, zapatos con historia

Tarrazo es una apellido español. Pero también es el nombre de una de las zapaterías más veteranas y reconocidas del país. Un negocio eminentemente familiar, dirigido por José Antonio Tarrazo, que comenzó en los años 80 y que hoy cuenta con tres tiendas y planes de expansión dentro y fuera de Santo Domingo. Junto a la zapatería, una industria que fabrica los zapatos criollos Boschi, cuyos socios son hermanos de José Antonio.

José Antonio Tarrazo llegó de Asturias, España, hace 32 años. Primero fue gerente de la zapatería Los Muchachos, propiedad de unos familiares, y después responsable de Compras en Plaza Lama. En el año 1980 decidió montar su propio negocio, la zapatería Tarrazo, cuya primera tienda se abrió en la calle el Conde. ¿El concepto del negocio? Joanna Tarrazo, hija de José Antonio y gerente de la tienda ubicada en el centro comercial Diamond Mall, lo explica: «Una zapatería para todo tipo de público. Con buenos precios y siempre a la vanguardia de la moda».

Tarrazo vende zapatos y accesorios para hombre y mujer y para niños y niñas. Zapatos importados, pero también de fabricación propia, ya que al mismo tiempo que la primera tienda, se inauguró una planta en Manoguayabo, de la que son socios también los hermanos de José Antonio Tarrazo: ╡ngel y Julio. Allí se fabrican los zapatos Boschi, que no sólo se venden en tiendas Tarrazo, sino en otros establecimientos de todo el país, según comenta Joanna, quien asegura que Boschi es una marca muy conocida y demandada por los clientes. Los materiales de fabricación son importados de Italia y el modelaje y ensamblaje se realiza aquí, con un equipo de 200 empleados y una capacidad de fabricación de 700 pares al día.

El 60 por ciento de los zapatos que Tarrazo venden son Boschi. Una marca que tiene planes para exportar: está negociando con Panamá, país para el que se ha fabricado una nueva línea y hay posibilidades de vender también en Las Vegas, enfatiza la gerente de la tienda de Diamond Mall.

[b]APERTURAS[/b]

Después de una nueva tienda en El Conde, que más tarde cerró, en 1988 Tarrazo abrió su tienda de Plaza Central, que hasta hoy, conforme las explicaciones de Joanna, es la que más público recibe diariamente. La última apertura, hace cuatro años, fue la de Diamond Mall. Ahora, hay posibilidades está la expansión a la Zona Oriental, en Megacentro, y también al interior, donde la primera ciudad sería Santiago. Ahora, Tarrazo, con sus tres tiendas, tiene una plantilla de 60 personas. «Tenemos empleados con casi 20 años a nuestro lado. Muchos de ellos están con nosotros de forma fija. Somos como una familia. Aquí lo más importante es el respeto al cliente y el conocimiento de lo que va a necesitar. El servicio al cliente es nuestro lema. Y con esto, por suerte, hemos podido mantener una cartera de clientes permanentes que siempre nos han acompañado».

Y es que Tarrazo es verdaderamente un negocio de familia. Junto a Joanna y su padre, que ejerce de administrador, está su madre, Ana Alvárez, en Plaza Central, y su hermano Tony, en el Conde, donde también está su abuela, Consuelo Díaz.

Ese cliente, según cuenta Joanna Tarrazo, es, en el caso de la mujer, buen conocedor de la moda y pide lo último en diseño. Si se trata de hombres, ellos son más conservadores y no se salen mucho de las líneas clásicos. Las niñas, en sus gustos, emulan a sus mamás y los niños a sus papás. Por eso las mercancías de Tarrazo están en continua renovación y sus propietarios siempre viajando en busca de nuevas ideas y modelos para fabricar e importar.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas