Taxis amarillos: ¿nuevo Renove?

Taxis amarillos: ¿nuevo Renove?

Ser empresario del transporte, camuflageado como sindicalista, ha significado para un grupo una especie de patente para extorsionar y tumbarle el brazo a todas las administraciones y así desde los gobiernos del Dr. Balaguer estos esforzados “obreros del volante” recibieron exoneraciones, impuestos únicos, las famosas “banderitas”, también los gobiernos del PRD sucumbieron ante la presión de estos señores llegando al tristemente plan Renove y ahora parece que está en marcha una nueva versión  bajo la modalidad de los taxis amarillos.

Más de cuatro décadas de exoneraciones, de financiamientos que nunca se han honrado, el único resultado ha sido seudo-sindicalistas enriquecidos que manejan rutas de forma monopólica, empresas importadoras beneficiadas de las compras sin licitaciones y funcionarios receptores de jugosas comisiones, mientras el transporte no mejora, representa una de las cargas más gravosas a los sectores de bajos ingresos y con cada uno de estos negocios se incrementa de forma anárquica el número de unidades con las nuevas sumadas a viejas longevas que superan varias veces su vida útil.

Para no ir muy lejos basten las dos últimas experiencias. Renove, el programa de cinco mil unidades para sustituir otras tantas, se llevó el premio a la corrupción desde la adquisición de las unidades hasta la distribución y mereció un juicio en varias instancias y hubo condenas, aunque después indultos. También las guaguas de Fenatrano, la de Hubieres el ahora candidato a diputado del PRD, de cuyo financiamiento se hizo garante el Ayuntamiento en los tiempos de Johnny Ventura y finalmente ha pasado a formar parte de los préstamos incobrables del banco estatal.

Esas experiencias parece que de nada sirvieron y ahora está en marcha un supuesto plan privado para adquirir tres mil unidades de taxis amarillos de fabricación China, contratados a una sola empresa de grado a grado por parte de Conatra, la misma de Antonio Marte, una de las figuras principales del plan Renove, condenado e indultado, vuelve ahora con más fe en un programa privado que deja de serlo cuando recibe en exenciones impositivas la suma de US$8,000 por unidad para un sacrificio fiscal por un monto de US$240 millones.

¿Qué bancos múltiples, bancos de ahorro y crédito, corporaciones financieras o cooperativas financiarán este negocio?

Esperemos que en esta ocasión sean efectivamente entidades privadas las dispuestas a correr tanto riego y no que el negocio privado sea bautizado con financiamiento público o con el aval del Estado. De ser así estaríamos en presencia de otro Renove, otro programa para beneficiar una empresa importadora, uno que otro funcionario, los empresarios de Conatra y los perjudicados serían el fisco, los contribuyentes y los ciudadanos de a pie que seguirán pagando un servicio de transporte caro y malo.

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