¿Te roban la energía?

¿Te roban la energía?

Ciertamente no nos estamos refiriendo a la energía eléctrica que tenemos en casa. Pero es posible que usted sea víctima de la astucia de una clase de personas que en el argot popular, y el vocabulario de algunos psicólogos modernos, han adquirido el nombre de “vampiros energéticos” o “vampiros emocionales”.

Afilados colmillos no son propiamente sus rasgos peculiares, pero seguro será capaz de decir si está lidiando con uno o varios de ellos, una vez identifique las principales características de su forma de accionar y su trato con los demás.

El psicólogo estadounidense Albert Bernstein ya explicaba en su libro “Vampiros emocionales” que podría ser un poco difícil reconocer cuando estamos frente a uno de ellos, pero lo cierto es que una de las señales más evidentes es el hecho de cómo nos hacen sentir estas personas cuando estamos en su compañía, ya que por lo general nos dejan “emocionalmente drenados”, sin energía, agotados, y a veces hasta frustrados, ya que lejos de aportar cosas positivas a nuestra vida nos abruman con sus quejas y problemas, o nos hacen sentir culpables constantemente. Otros simplemente tienen patrones que no nos podemos dar el lujo de imitar. La buena noticia es que no tenemos por qué seguir siendo el blanco de estos dráculas del postmodernismo; podemos aprender a neutralizar su influencia en nosotros una vez que tengamos un perfil claro de esas conductas y actitudes que les siguen.

Para ayudarnos en esta tarea le echamos un vistazo al bestseller del psicólogo argentino Bernardo Stamateas, “Gente tóxica”, que describe unos 12 tipos de personas que debemos evitar. Aquí algunas de ellas…

“Los mete-culpas”. Así los llama Stamateas… son la clase de gente que tratará de hacerte sentir responsable hasta de los errores que ellos mismos han cometido como una forma de manipularte y que hagas exactamente lo que ellos quieren o que asumas la actitud que desean. Pone un ejemplo: “Hay personas que han sido criadas en familias que las han hecho responsables de la separación de los padres, de la pérdida del trabajo de la madre que en un momento decidió quedarse en su hogar para cuidarlas o de las frustraciones profesionales de sus tutores”, explica el autor. Ahora bien, cuando cometemos un error es importante pedir perdón pero jamás hacernos esclavos de la culpa!

“El descalificador”. “Si haces algo, el descalificador te criticará por accionar y si no accionas, te juzgará por no hacerlo. Su especialidad son los dobles mensajes y los mensajes ambivalentes”, expresa el autor. Son de esa clase de personas que menosprecian a otros y tratan de minar su autoestima.

“El agresivo verbal”. Estas personas consumen nuestra energía con su temperamento explosivo y su violencia verbal. Para tratar con ellos, Stamatemas insiste en no dejarnos vencer por sus insultos y actitud mordaz, en cambio propone estrategias un tanto graciosas: “Si el agresor te dice: ‘Pero qué mal estás vestido’, respóndele: ‘Ya lo decía mi abuela, tanto va el cántaro a la fuente que al fin se rompe´. Y si te pregunta: ‘¿Qué quieres decir?’, respóndele: ‘Ya lo vas a entender, piénsalo”.

“El quejoso”. ¿Alguna vez ha estado en compañía de personas a las que todo les molesta o siempre tienen una actitud negativa? Pasar mucho tiempo con ellas puede drenarle emocionalmente ya que ellos siempre ven problemas… nunca soluciones…

Aprendamos a lidiar con estos “vampiros”, pero sobre todo cuidémonos de no convertirnos en uno de ellos!

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