Merilenny Mueses 
Vestido de la bandera tricolor y auspiciando la segunda toma de posesión del presidente Luis Abinader, el Teatro Nacional celebró su quincuagésimo primer aniversario de inauguración.
El espacio que albergó hoy la visita de líderes internacionales, representantes de 87 naciones, ministros, autoridades locales y demás personalidades, fue construido en el gobierno de Joaquín Balaguer, en el año 1973 y es la instalación artística más prestigiosa de República Dominicana.
Para su creación se tomó en cuenta la estructura de los principales teatros del mundo, con el objeto de recopilar las características que debía adoptar.
Una edificación de la mano de Teófilo Carbonell, en la que viajó a observar los mejores teatros de Europa y América, en el que tuvo referencia de Colombia, Nicaragua, Costa Rica y Guatemala. También, la ilustre tradición europea, que se fue haciendo tangible en los teatros de España, Suecia, Dinamarca, Suiza, Alemania, Holanda y Austria. Por último, las mejores salas de Estados Unidos completaron las expectativas del arquitecto quisqueyano.
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En un principio la edificación era llamada: Teatro Nacional de Santo Domingo, sin embargo, en el año 2006 fue bautizada con el nombre Eduardo Brito, bajo decreto presidencial, para honrar la memoria del barítono dominicano.
Dentro de esta arquitectura, cada espacio tiene su propia esencia, en su sala principal han desfilado desde obras de teatro clásico hasta conciertos sinfónicos y conciertos de ballet.
En la actualidad, este teatro representa un pilar en la cultura dominicana, sus producciones, que van desde clásicas hasta contemporáneas, reflejan diversidad artística.
