«Tebeos» españoles conquistan  el Festival de Angulema

«Tebeos» españoles conquistan  el Festival de Angulema

Angulema,  Francia.  AFP.   El cómic español, amordazado durante el franquismo, floreció tras la muerte del Caudillo, estuvo a punto de desaparecer al finalizar el siglo XX, para renacer de sus cenizas en los últimos años, fundamentalmente gracias a la novela gráfica, aunque los autores tienen dificultades para vivir de su obra.  

En el Festival del cómic de Angulema, que celebra hasta el domingo su 39ª edición, una gran exposición, titulada “Tebeos”, narra la historia de la historieta hispana.   Después de la creatividad desatada de la Movida en los años 80 (el propio Pedro Almodovar empezó su carrera como guionista de cómic), los tebeos sufrieron la mayor depresión de su historia a fines de los años 90.

El mercado del país fue invadido entonces por las traducciones de los cómics de superhéroes norteamericanos.   Al comenzar el siglo XXI el sector estaba en plena depresión, pero en 2007 el éxito de la novela gráfica “Blankets” del estadounidense Craig Thomson, cuya obra fue publicada directamente en libro en España, le dio un fuerte impulso. “Fue el año clave de la transformación del tebeo», declara Álvaro Pons, curador de la exposición”.

  El historietista Paco Roca se lanzó entonces a la novela gráfica con “Arrugas” (2007), obra cuyos personajes son ancianos y que tuvo un éxito fulgurante.   El mismo año, Miguel Gallardo tuvo otro gran éxito de ventas con otra novela gráfica de tema grave y de una libertad formal inédita entonces en España. El libro de este autor, que figura entre los grandes talentos de los años 80, “María y yo”, cuenta la historia de una niña autista en primera persona a través de la voz de su padre.  

Muchos autores españoles adoptaron entonces la novela gráfica, optando además por contar la historia de la España del siglo XX. Por ejemplo, en “El arte de volar” (2009) el guionista Antonio Altarriba y el dibujante Kim narran la vida del padre de Altarriba, republicano durante la guerra civil que vivió los dramas del éxodo y el exilio y se convirtió después en contrabandista en la Francia de posguerra.   Muchos otros autores exploraron esa veta de la autobiografía: Felipe Almendros, Juanjo Saez, Cristina Durán, Santiago García…   Sin embargo, el autor Santiago García, citado en el catálogo de la exposición, señala que no todo es rosa en el mundo del tebeo.

“Pocos autores, exceptuando quizá Paco Roca, pueden consagrarse exclusivamente a la historieta (…) y la profesión sigue estando desestrucrura y desorganizada”, lamenta.   En el último decenio surgieron en España los «fancines», publicados en muchos casos por los propios autores y en revistas de colectivos de autores como “Polaquia” y “BDBanda” en Galicia, TMEO y “La Comictiva” en el País Vasco y “Malavida” en Aragón.   Esos colectivos reúnen a la vez jóvenes autores y veteranos de los tebeos con una sóla consigna: experimentación y humor.   Según el curador de la exposición, los fanzines alimentan un sector que “lucha día tras día por construirse un futuro en el Noveno Arte”.

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