De nuevo regreso para seguir describiendo curiosas edificaciones cuyas estructuras poseen una forma decorativa que le dan un aspecto inigualable  debido a que el genial ingeniero constructor la diseñó innovando para brindarnos un nuevo estilo arquitectónico.

Así, trasladándome a la zona oriental de Santo Domingo llego a Villa Duarte y recorriendo sus vías me detengo en la calle 25 número 273 para contemplar una de estas raras viviendas.

Esta presenta una fachada con dos niveles, donde su principal atracción está en el segundo nivel. Allí, a la derecha se percibe otro ventanal con rejas, en  la cual las barras de metal están decoradas formando palomas con las alas abiertas, y en el dintel (parte superior de una ventana, la cual descansa sobre las jambas, o sea, la pieza vertical que la sostiene), está formado por un arco tridobulado, es decir, con tres lóbulos (trío de curvas unidas), las cuales lateralmente los soportan y en cada lateral se aprecia una columna dórica. 

Le continúa  otro ventanal similar, con la diferencia de que la pared de su alto posee un ojo de buey  o claraboya, hueco redondo que sirve para dejar entrar el aire al interior de ña vivienda.

La parte superior de esta abertura es el friso, en cuya cornisa se visualiza un techo triangular cubierto de tejas.

 En cambio, su novedad arquitectónica es que le continúa al centro el frente esquinero de otra galería con balcón de balaústres normales cuya cornisa es un techo gemelo formado por dos acutángulos, o sea, un par de triángulos con tres ángulos agudos   cubiertos de tejas.

Ambos encierran tragaluces de cristal de color verdoso.