Tecnología y automatización de los procesos electorales

Tecnología y automatización de los procesos electorales

Los modernos avances tecnológicos que se han experimentado en las últimas décadas en diferentes áreas del conocimiento científico, se han incorporado aceleradamente al sistema democrático, creando lo que algunos han denominado democracia digital o e-democracy, y que comprende el uso de estas tecnologías por las entidades de la administración pública, los parlamentos, los partidos políticos y las organizaciones de la sociedad civil, con el propósito de mejorar sus respectivos desempeños en los roles que les corresponde jugar en una sociedad plural.

En el mundo de hoy un candidato a una posición electiva, un dirigente político o un funcionario público, debe tener una presencia activa en las redes sociales y utilizar las facilidades que ponen a su disposición los medios digitales, para desarrollar efectivamente la labor de captación y movilización de electores.

En el ámbito de la administración electoral, la incorporación de diversas tecnologías ha sido esencial para poder afrontar con éxito los retos del presente.
Es necesario considerar que el desarrollo de los procesos democráticos en América

Latina y el mundo ha marcado una creciente tendencia hacia una mayor complejidad de los vectores de representación y participación que forman parte intrínseca de este sistema político.

En particular, el aumento progresivo de los espacios de participación política en los que los ciudadanos expresan su opinión mediante un sufragio no electivo, ha obligado a un mayor uso de las tecnologías existentes para poder lograr una administración efectiva de la voluntad de los electores.

La automatización de los procesos electorales es también una respuesta a una ciudadanía que reclama no solamente mayor seguridad en los resultados electorales, sino también una mayor celeridad en los mismos, evitando que retrasos innecesarios generen la incertidumbre que puede afectar el equilibrio político y económico que es prerrequisito para el desarrollo social.

La automatización, un proceso paulatino. Incorporar las tecnologías digitales a los procesos electorales no es algo que se haga de manera instantánea o repentina. Las mejores prácticas indican que es necesaria una paulatina implementación que recorra los diferentes segmentos del ejercicio del sufragio. La mayoría de los países que han implementado el voto electrónico comenzaron con digitalizar el padrón electoral y el registro civil, incorporando más tarde la autenticación de los electores o la transmisión de los resultados, hasta llegar a la fase de emisión y conteo electrónico de los votos.

El carácter gradual de estos procesos no solamente está condicionado por el alto costo que suelen tener las nuevas tecnologías sino también por la resistencia que suele encontrar el voto electrónico en la cultura política y en los propios partidos.

Para algunos electores “el momento de la votación se entiende como una vía de reforzar su identificación sociopolítica con la comunidad, renovando implícitamente el contrato social con la res pública” (Reniu, 2011). El uso de la boleta de papel para votar, forma parte de ese rito electoral, del cual los ciudadanos no están dispuestos a desprenderse con facilidad.

Voto electrónico: argumentos a favor y en contra. Se han identificado dos formas esenciales para llevar a cabo el voto electrónico: el voto electrónico remoto a distancia, realizado por internet desde la casa o el trabajo y también llamado voto en pijama, que se ha llevado a cabo de forma limitada en algunos países (Suiza, Estonia); y el voto por medio electrónico, que se realiza presencialmente en los recintos de votación a través de un dispositivo o urna electrónica colocada para tales fines en los colegios electorales.

En muchos países el voto electrónico coexiste con el voto manual tradicional, pero hay algunos países que ya solo utilizan el voto electrónico, entre los cuales podemos señalar a Suiza, Bélgica, India, Filipinas, Brasil y Venezuela.

Se argumenta a favor del voto electrónico que el mismo contribuye no solamente a eliminar el fraude electoral, sino también a acelerar el escrutinio y transmisión de resultados. Los argumentos en contra se concentran en la seguridad de la votación, sobre todo después del escándalo ocurrido con las máquinas de votación en las elecciones en la Florida en 2004.

Hay que anotar que la Corte Federal Alemana en su decisión del 3 de marzo del 2009, declaró que las máquinas electorales eran incompatibles con los principios de publicidad, transparencia y control público de la elección.

También se ha señalado que el voto electrónico exige que los partidos políticos acrediten como representantes a personas apropiadamente calificadas para la verificación del sufragio.

La democracia digital en América Latina. En América Latina ha venido ganando terreno y confianza el uso del voto electrónico. Tenemos dos países que ya lo utilizan en todos sus recintos, Brasil y Venezuela, mientras que en otros se han implementado experiencias en algunas provincias o circunscripciones. En Brasil comenzó a aplicarse el voto electrónico en 1996 con un tercio del electorado y ya en el 2000 fue el único sistema de votación utilizado.

En Venezuela en el año 1998 se implementó un sistema de escrutinio y totalización de votos, que evolucionaría al voto electrónico pleno en el año 2004, abarcando el 97% de la población.

El sistema venezolano tiene la particularidad de que imprime un comprobante de votación en papel que es depositado por el elector en una urna tradicional, lo cual es utilizado posteriormente para la auditoría de los comicios.

Otro caso, pero de aplicación parcial es el de Argentina, donde se ha habilitado el voto electrónico en las provincias de Buenos Aires, Salta, Chaco, Tucumán, Tierra del Fuego, Río Negro y Córdoba. Paraguay, por su parte, realizó las elecciones presidenciales utilizando el voto electrónico con los equipos de Brasil en los años 2003 y 2006. Tenemos también los casos de, Colombia, Guatemala, Ecuador, México, Panamá, Perú y México, cuyas experiencias de voto electrónico han sido planes piloto o de alcance limitado.

La automatización del proceso electoral en RD. Aunque en el país no hemos tenido experiencia de voto electrónico para la elección de autoridades, sí se ha utilizado el voto electrónico en las elecciones primarias de un partido político (PLD, 2003) y más recientemente, en las elecciones de la Asociación Dominicana de Profesores (ADP).
La automatización del proceso electoral en República Dominicana comienza con la digitalización del padrón electoral en el año 1998, que nos permitió tener el primer padrón fotográfico a color de América Latina. A este proceso siguió la automatización del proceso de logística electoral, elaborado a partir del año 2002.

Un salto tecnológico significativo se daría en el año 2004, cuando se implementa la transmisión electrónica de resultados mediante el uso de scanner y del sistema de reconocimiento inteligente de caracteres (ICR), que darían una mayor fiabilidad al proceso de cómputo y totalización de resultados.

En el año 2008 la transmisión de resultados se multiplica al instalarse desde los propios recintos electorales, mientras otras fases del proceso se van tecnificando, como es la entrega de valijas que se comienza a realizar de manera electrónica.

Para las elecciones del próximo 15 de mayo del 2016, las dos innovaciones tecnológicas más importantes son: en primer lugar, el uso de un equipo de escrutinio electrónico en cada colegio electoral, que permitirá no solamente scanear y contar cada boleta, sino también elaborar el acta de escrutinio y realizar la transmisión de resultados desde cada colegio; y, en segundo lugar, tenemos la utilización de los equipos capta huellas, que permitirán la comprobación digital de la asistencia de los electores a cada colegio electoral, a través de la comprobación de su huella dactilar y el código cifrado que se encuentra en su cédula de identidad y electoral.

Estos avances tecnológicos, son un precedente decisivo para la futura implementación del voto electrónico en la República Dominicana.

Publicaciones Relacionadas